Se ha comprobado la relación de las enfermedades, las emociones y los cuidados que le damos a nuestro cuerpo. Combatir el cáncer u otras enfermedades es posible cuando logras establecer el balance perfecto.

Respiro y me dejo caer sobre el sofá de mi sala un viernes por la tarde, pienso en lo que se ha convertido la vida en los últimos años. Suspiro porque parece tan lejano el tiempo en que llegábamos a casa, del colegio o la universidad y percibíamos el olor a comida recién preparada, además de una mesa servida que nos invitaba a degustar esos sagrados alimentos de forma pausada y tranquila, sin ruidos ni interrupciones de mensajes en WhatsApp, notificaciones de Facebook o las noticias nacionales que quitan el hambre.

Pienso en cuánta falta hacer regresar a la esencia para alimentar sanamente nuestro cuerpo y nuestra mente. Sentir el olor de las frutas con los ojos cerrados e imaginar su sabor, así como lo mencionan Ernest Hemingway o Laura Esquivel en algunos de sus libros.

Las vitaminas y minerales contenidas en los alimentos, así como los potentes antioxidantes que contienen las frutas y verduras de color intenso son los mejores aliados para la prevención de algunos tipos de cáncer»

Esto me hace reflexionar sobre cuántas enfermedades se podrían evitar con pequeños cambios en la forma de elegir nuestros alimentos. Los estudios científicos nos confirman que la clave son los colores, la comida variada y los alimentos lo menos procesados posible, así como la tranquilidad al comer, disfrutar de buena compañía y hacerlo en un ambiente tranquilo evitando el estrés, tecnología o  disgustos.

En este mes que se aborda el tema del cáncer, es necesario poner sobre la mesa que, tanto el cáncer como otras enfermedades podrían prevenirse en gran parte, con cambios en el estilo de vida. Está demostrado que los genes son un dinosaurio dormido que podemos controlar si tomamos las decisiones correctas en cuanto a nuestros hábitos de alimentación, ejercicio y control de emociones.

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El término cáncer se define como “el nombre general para referirse a un grupo de más de cien enfermedades en las cuales las células en una parte del cuerpo comienzan a crecer sin control”. Según la Sociedad Americana del Cáncer abarca un complejo grupo de enfermedades con una variedad de causas posibles, incluyendo factores genéticos, factores del estilo de vida tal como el tabaquismo, la alimentación y el ejercicio, factores sobre ciertos tipos de infecciones y factores relacionados con el entorno como la exposición a ciertas sustancias químicas y radiaciones.

Una vida sana es posible, pero requiere vivir en plena consciencia de lo que nuestro cuerpo, mente y alma necesitan.  Thomas Moore en su libro “The care of the soul” nos invita a reflexionar sobre todo lo que le negamos al alma y que enferma nuestro cuerpo, parte de eso es también aprender a comer con paz interior, sin culpas, lo que implica que cada decisión relacionada a la comida es “pensada”, tomándonos el tiempo para elegir el mejor combustible para funcionar correctamente.  Las vitaminas y minerales contenidas en los alimentos así como los potentes antioxidantes que contienen las frutas y verduras de color intenso son los mejores aliados para la prevención de algunos tipos de cáncer como lo han publicado muchos científicos entre ellos el doctor Willet, de la Universidad de Harvard.

Qué tal iniciar y terminar nuestra jornada con un buen plato de frutas y verduras que acompañen nuestros platos fuertes y sumar pasos al día ¡El resultado lo vale!

En mi clínica, he sido testigo de personas que han mejorado su calidad de vida, pronóstico de cáncer y otras enfermedades a través de cambios en su alimentación, combinado con el ejercicio.

Lorena Reyes