15 Consejos para ser una buena amiga
- Amigas, Destacados
- febrero 14, 2020
Después de la histerectomía viví las horas más grises de mi vida, pasé por el intensivo y por cuatro cirugías posteriores, pero también me convertí en protagonista de dos grandes milagros. Luego de cuatro embarazos complicados –dos pérdidas y el nacimiento de mis dos hermosas hijas– un día mi periodo llegó para quedarse 8 meses.
Ojalá hubiera sabido todo lo que hoy sé sobre la endometriosis, quizás eso me hubiera motivado a priorizar mi salud y hacer tiempo para que la histerectomía no me saliera tan cara. Llegó el momento de someterme a la operación, donde lo más importante era salvar mi matriz para darle a mi hija un hermanito
Durante las semanas después de mi histerectomía tuve momentos de dolor y preguntas sobre cómo esta cirugía tan invasiva afectaría mi intimidad y relación conyugal, pero en Dios encontré las respuestas y la fuerza para seguir adelante. En enero de 2019, a los 46 años, decidí someterme a una histerectomía. Como madre de dos hijas
Quien ha pasado por una histerectomía se identificará con ese momento en el que hay que tomar la decisión de confiar en el milagro de tocar el borde del manto. Hay una canción que habla de una mujer que al tocar el borde manto de Jesús logra recibir el milagro de sanidad del flujo de sangre
La historia de mi histerectomía, a diferencia de muchas, empezó incluso antes de ser mamá. Sí, así como lo leíste, es el retrato de una histerectomía anunciada. Cuando mi esposo y yo decidimos buscar nuestro primer embarazo parecía que algo pasaba porque la noticia no se concretaba a pesar de que todo parecía estar bien.
Yo soy el producto de la presencia de alguien más, incluso la presencia de aquellas personas que me han lastimado y no me han sabido querer. ¿Te has puesto a pensar que para que tú existieras debieron alinearse y coordinarse una infinita cantidad de eventos en el orden justo para que tus antepasados, hasta llegar