Después de la histerectomía viví las horas más grises de mi vida, pasé por el intensivo y por cuatro cirugías posteriores, pero también me convertí en protagonista de dos grandes milagros. Luego de cuatro embarazos complicados –dos pérdidas y el nacimiento de mis dos hermosas hijas– un día mi periodo llegó para quedarse 8 meses.
Lo que para muchas parece un procedimiento normal, a mí me llenó de malos pensamientos y temor, aunque no fue la histerectomía en sí misma, sino lo que podría llegar después, el resultado de la biopsia. Para resumir las últimas décadas de mi vida, debo decir que soy una profesional, mujer bien casada desde hace
Nuestro útero es como la cuna que alberga a nuestros pequeños que nacen en la tierra y en el cielo, pasar por la histerectomía es un proceso del que hablamos poco y damos por sentado que es fácil para todas. Desde pequeña, uno de mis principales sueños y anhelos fue el ser mamá. Entre muñecas
La histerectomía es un tema de salud y decisión que personalmente me permitió descubrir cuán mujeres podemos ser, incluso sin tener uno de los órganos que nos caracteriza como tal, nuestra feminidad se puede potenciar. Las mujeres enfrentamos muchos cambios. Somos en esencia múltiples procesos de femineidad, que van desde dar vida, tomar las riendas en
Ojalá hubiera sabido todo lo que hoy sé sobre la endometriosis, quizás eso me hubiera motivado a priorizar mi salud y hacer tiempo para que la histerectomía no me saliera tan cara. Llegó el momento de someterme a la operación, donde lo más importante era salvar mi matriz para darle a mi hija un hermanito
Durante las semanas después de mi histerectomía tuve momentos de dolor y preguntas sobre cómo esta cirugía tan invasiva afectaría mi intimidad y relación conyugal, pero en Dios encontré las respuestas y la fuerza para seguir adelante. En enero de 2019, a los 46 años, decidí someterme a una histerectomía. Como madre de dos hijas