Postergar una gratificación instantánea o autocontrol, no solo puede volverse un hábito, sino es una clave para el éxito integral de nuestros hijos.

En el área educativa, el paso de la pandemia nos ha dejado muchos retos que plantean interrogantes como ¿mi hijo se nivelará académicamente?, ¿tendremos que prestarles atención a algunas habilidades no desarrolladas?, ¿lo estaré haciendo bien?, ¿cómo le irá en el futuro? entre otras.

Por supuesto que todos los padres deseamos que nuestros hijos sean exitosos y ningún obstáculo se interponga en el desarrollo de todo su potencial, queremos que sus sueños se cumplan (y entre más rápido mejor), sin embargo, existe una clave del éxito: tú, sí, como madre tienes herramientas que nadie más puede darle a tus hijos y son las que lo sostendrán eternamente.

Existe una variedad de habilidades que se forman en el hogar, no se nace con ellas, sino es la cotidianidad con la que se moldean, enseñan y fijan en el conocimiento de los niños y jóvenes, una de ellas es el autocontrol que no solo les ayuda a gestionar las emociones, sino también su área académica, trabajo en equipo, entrega de tareas y otros.

En la década de los años 90, el doctor Walter Mischel, realizó el estudio conocido como “El test del Marshmallow o malvavisco” donde más de 600 niños participaron en una instrucción simple de no comerse el marshmallow por quince minutos, solo si lo lograban recibirían una segunda gratificación y obtendría el premio por su enorme esfuerzo. No es extraño saber que aproximadamente solo el 30% de los niños lo logró. A lo mejor te resuenen frases como “si te esperas, te lo compro”, “si sacas buenas notas obtendrás un premio” y así diversos intentos que hacemos por tratar de crear en ellos la capacidad de autocontrol.

Postergar una gratificación instantánea o autocontrol, no solo puede volverse un hábito, sino es una clave para el éxito integral de los niños y jóvenes, incluyendo el área emocional. El autocontrol, está directamente relacionado con la inteligencia emocional, la capacidad de tomar decisiones, manejar el estrés y la tan importante tolerancia a la frustración.

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Enseñar a nuestros manejar adecuadamente estas emociones es igual de importante que un diez en matemáticas, que la clase extracurricular en la que se encuentran inscritos o el idioma que están aprendiendo. Estas capacidades los prepararán para la vida, para los momentos en los que tal vez no los puedas acompañar, pero tus enseñanzas se traducirán en legado.

Te invito a que en la cotidianidad encuentres espacios y momentos oportunos para modelar a tus en ellos la importancia del autocontrol y para ello toma en cuenta estos consejos:

Mantén tu palabra en los tiempos para cumplir las rutinas y el descanso: “si quieres jugar, debes primero hacer tu cama”.

Déjalos ser responsables y que puedan decidir en pequeñas cosas, así afrontarán cualquiera que haya sido su decisión.

Dales tiempo para que piensen en la decisión que tomarán, a veces apresurar el momento nos limita a aprender la lección.

Evita la gratificación instantánea.

Muéstrales con tu ejemplo cómo un pequeño sacrificio te ha dado mayores satisfacciones laborales, familiares, emocionales, relacionales y otros.

Modela sus emociones a través de las tuyas, tus hijos también necesitan saber que eres un ser humano.

Tú eres una de las piezas más importantes para el éxito de tus hijos, la búsqueda de momentos mágicos donde te conectes con sus emociones, te dará oportunidades de influir de una manera positiva en la percepción sobre ellos mismos y su alrededor, motivarás su capacidad de toma de decisiones, autocontrol, reducción de estrés y tolerar los obstáculos que vendrán. Recuerda que la clave del éxito de tus hijos, es tu ejemplo y legado.