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Cómo me convertí en fisioterapeuta

Cómo me convertí en fisioterapeuta

Me convertí en fisioterapeuta cuando comprendí que esta profesión representa una extensión de las manos de Dios, a través de ellas se otorga sanidad a quienes necesitan un milagro.

Hablar de fisioterapia es engrandecer uno de los más preciosos dones que Dios y la vida me pudieron proporcionar. Esta profesión me ha hecho estar entre el amor por algo y la determinación de apoyar a las personas que me necesitan, es poner mis manos y mi intelecto, tanto como mi experiencia, al servicio de quienes por diferentes motivos han perdido funcionalidad e independencia.

¿Qué me impulsó realmente a estudiar fisioterapia? Quizá el ánimo y las ganas de poder sobresalir en alguna rama que, aparte de hacerme sentir bien como profesional me hicieran sentir bien como persona, poderle brindar la seguridad a mi paciente de mejorar su calidad de vida.

Inicié mi carrera hace más de 23 años estudiando en una universidad de Quetzaltenango, donde descubrí que lo más grande que puede existir en la vida es el amor que le pongamos a cada una de las cosas que hacemos; me enseñaron también a poner en primer plano las necesidades de otras personas a quienes tuviera la posibilidad y oportunidad de poder cubrir.

Me tocó viajar a la ciudad capital para poder sacar la licenciatura porque en Quetzaltenango no existía, me trasladaba a las 2 de la mañana y volvía mi casa a las 7 de la noche del mismo día, esa era mi rutina todos los sábados, en ese tiempo quedé embarazada de mi primer hijo y casi al final del primer año de licenciatura, tuve que hacer reposo absoluto por amenaza de parto prematuro, mi necesidad de resguardar a mi hijo era muy grande, pero mi amor por la carrera también lo era por lo que busqué la mejor forma de poder continuar con los 2 meses que me faltaban, y logré aprobarlos con excelencia. 

Los tropiezos fueron muchos, sin embargo, el anhelo de ser una mujer fisioterapeuta de éxito y necesidad de darle a mis pacientes un servicio de calidad, hicieron que lograra llevar a cabo todas mis metas académicas, habiendo pasado ya 19 años después de haberme graduado como Licenciada en fisioterapia. Puedo decir que ha sido una vida de altibajos donde las necesidades han sido muchas en algunos tiempos y las bendiciones tanto en la economía como en mi crecimiento personal y más aún como en el profesional han sido más.

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Es increíble cómo a través de mi profesión he podido aportar mucho, desde poner especial atención a cada una de las cosas que hago y que tienen una repercusión en las personas que se ponen bajo mi cuidado hasta poder aportar analítica y científicamente en la preparación de las nuevas generaciones de fisioterapia ya que también me desempeño en el ámbito de la enseñanza aprendizaje dónde he intentado plasmar en mis estudiantes el amor y la dedicación hacia esta bendita carrera, que aparte de haberme dado todo en la vida también me da la satisfacción de poder ver milagros todos los días sin necesidad de tener que buscarlos.

Hay cosas que yo puedo observar en mis pacientes y que para otros son avances mínimos, sin embargo, a ellos les ha costado demasiado realizarlas y para mí eso es un pedazo de cielo, es una forma de poder ver a Dios en cada una de las cosas que los pacientes logran.

No ha sido fácil llegar hasta donde me encuentro, han habido demasiados altibajos que incluso han generado daño en mi salud física y emocional. El estrés ha alterado mi metabolismo, pero ha valido la pena ver la sonrisa de un niño al caminar, la esperanza de un abuelito al volver a ponerse de pie o el alivio de un profesional de la medicina que lamentablemente tuvo un gran accidente e imploró al cielo poder volver a caminar y en tiempo récord yo le haya ayudado a lograr sus metas, esa satiafacción no tiene precio.

Ser fisioterapeuta es contar con una extensión de las manos de Dios, por eso estoy convencida que las manos de mis colegas tienen la sanidad a flor de piel.

Licenciada en fisioterapia, con varias maestrías y en proceso de alcanzar una más que me permita seguir haciendo mi labor. ¡Cuarentona a mucha honra! Realizada como mujer, como madre y como profesional. Amante de los libros, buenas películas, documentales y la cocina. Hogareña, pero muy dedicada a mi profesión, trabajando con ahínco para dejar a mis hijos un país lleno de oportunidades, donde ellos puedan lograr sus anhelos. Apasionada a la fisioterapia, donde diariamente veo milagros.

Alicia Arroyave Cohen – who has written posts on Ladrona de frases.


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