¿Lo que haces cada día beneficia tus prioridades? ¿Piensas antes de actuar o actúas impulsivamente? Desacelerar tu vida es poner los ojos en aquello que realmente importa.

Recientemente tuve una experiencia que me forzó a desacelerar y reflexionar acerca de lo que realmente importa. Hace unos días hubo apagones en mi sector, estaba con mi hijo menor adolescente, con quien empezamos a encender candelas. A pesar de que ya iluminaban suficiente, decidí bajar a la bodega a buscar batería en una caja que guardé semanas atrás. Ya teníamos varias velas de cera y otras con baterías encendidas, pero quise bajar a traer más.

En la bodega, rápido encontré las baterías. La caja estaba debajo de otras cajas. Las moví y al quedar en la última, hasta abajo, me encuclillé para sacar las baterías cuando de repente ¡pum, me cae sobre la cabeza el techo de un trinchante de cedro que tenía recostado sobre la pared de la bodega! La pieza mide 1.90 cms. de largo y 70 cms. de ancho.  Sentí como mi cuello se hundió al caerme esa pieza sobre la cabeza.

El golpe fue tan duro que llevo unas semanas con terapia y me faltan más, según las indicaciones del traumatólogo. Estoy medicada, me han hecho varios exámenes, estoy reposando a pesar de que hasta eso molesta y el golpe repercutió en mi cuello y columna.  ¡Todo por acelerada! Ya tenía suficiente iluminación y aun así decidí bajar sola, a la carrera y sin pensar en las consecuencias. Claro, mi intención era buena, quería iluminar los otros ambientes de la casa, pero el medio no fue el ideal pues debí bajar acompañada.

Ayer, platicando de nuevo con mi médico tratante, él me recalcaba la suerte que tuve al no haberme fracturado el cuello, pues el mueble cayó con velocidad y fuerza. Gracias a Dios solo tengo un espasmo fuerte en cuello y espalda baja. Este incidente influyó físicamente y emocionalmente en mí, pues entendí que no debo poner en riesgo ni mi salud ni mi cuerpo. Muchas veces andamos por la vida enfocados en resolver y resolver para pasar al siguiente compromiso o reto, pero es importante pensar tranquilamente antes de actuar.

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Este proceso me hizo reflexionar ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Lo que haces día a día beneficia esas prioridades que tienes? ¿Estás pensando antes de actuar o solo actúas impulsivamente? Estas solo son algunas de las preguntas que debemos hacernos y al responderlas podemos enfocarnos en hacer los cambios necesarios

Baja las revoluciones, desacelera

En mi caso, estos días he pensado en lo importante que soy para mis seres queridos. Pude notar las reacciones de mis hijos, esposo, amistades y darme cuenta de que por una tontería pude llegar a perder el privilegio de ser parte de sus vidas.

También ha sido un recordatorio diario para vivir agradecida por mi salud, por el aire que respiro, por poder levantarme de la cama (aunque sea con dolor por ahora), bañarme y cambiarme sin ayuda, cocinar, comer, sentarme y mucho más. 

A veces perdemos el enfoque en las bendiciones que tenemos. Muchos consideran bendición tener bienes materiales, fama, cero deudas, nada de problemas, pero todo esto viene y va. Además, nadie está exento de vivir retos o pasar por problemas, así que por eso te invito a enfocarte en lo que realmente importa, pues todo lo antes mencionado se obtiene solo con salud y vida.

Baja las revoluciones de tu vida, desacelera. Cuídate, ámate, tómate la vida con calma, planifica, aprende a aceptar cuando ya es suficiente, regula tus propias autoexigencias.

A partir de este episodio, te hago un llamado a que fijes tus ojos en lo que realmente importa para poder vivir tu vida al máximo. Espero que mi experiencia te sirva y te lleve a reflexionar.

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