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Mi mamá, la niña que leía muchos libros y ahora los escribe

Mi mamá, la niña que leía muchos libros y ahora los escribe

Me ha enseñado lo fundamental de la vida: amar a Dios, a mi familia, al conocimiento y al prójimo. Ante las crisis me recuerda que solo nos queda hacer tres cosas: resistir, recuperarse y resurgir. Así es mi mamá, Maya Alonzo.

Mi mamá, Maya Alonzo.

De momento, no estoy viviendo con mis padres. Es un jueves, ya pasan las 16:00 horas. Llegó la hora de despedirme. Mi mamá me acompaña hasta la puerta para decirme adiós. Antes, me da un abrazo largo y un beso y me dice que pronto veremos con mi papá las opciones de vuelos para regresar al lugar donde viviré los próximos años. Nos volvemos a abrazar, me meto al carro y la contemplo. Y me doy cuenta que ella me contempla. Ahí, en silencio, cada una en su sitio. Algo me dice que solo estamos preparando nuestros corazones para volver a decirnos adiós y ambas lo sabemos. Mientras tanto, la contemplo.

¡Qué cosa tan maravillosa el poder contemplar a alguien! Busqué diferentes significados de esta acción y aquí unos cuantos: “Poner la atención en algo o alguien”. “Tener presente algo o alguien.” “Observación atenta y detenida de una realidad, especialmente cuando es tranquila y placentera.” Finalmente descubrí una que podría ser mi favorita: “Una conciencia directa de lo divino que trasciende el intelecto”

¡Quá acto más celestial contemplar a la mujer que me dio la vida y reconocer lo que lleva dentro! Mi intelecto diría: aún no te estás yendo a ningún lado, no hay que ponerle el tinte dramático. Pero ahí en mi realidad tranquila y placentera, mientras encendía el carro me hice consciente de lo divino que lleva mi madre, de cuánto la amo, de cuánto la extraño desde ya. Y sí, trasciende el intelecto.

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Me hizo viajar unos años atrás, cuando muy pequeña contemplaba fotografías antiguas de mi madre, lo hacía por horas. Mi mente no podía dimensionar que en otro tiempo, ella también había sido una niña. Que esa pequeña de pelo castaño y colas largas, años más tarde, sería la persona a la que llamaría “mamá”. La mujer que me enseñó lo fundamental de la vida. Amar a Dios, a mi familia, al conocimiento, al prójimo. La que ha estado cuando hago las cosas bien y cuando las hago mal. La que me ha enseñado que ante la crisis, solo nos queda hacer tres cosas: resistir, recuperarse y resurgir. Una veinteañera de los 90 que dedicaba sus tardes a su pequeña hija, sentadas en el piso de la sala leyendo la Biología de Claude A. Villee. Esa misma que varios años después, me sigue llevando a librerías y que si pudiese, me compraba todos los libros del mundo. Ella, la niña que leía muchos libros y ahora los escribe… ella, es mi mamá.

A veces en el día a día, en la cotidianidad, en el corre corre, en las actividades de cada una, en los distintos lenguajes de amor, en el intento de sobrellevar esta difícil etapa de la vida que se llama adultez; olvido decirle cuánto la amo, cuánto la admiro, cuánto significa para mí. Pero ahí, sentada en mi carro, con el aire acondicionado a tope, contemplando a esa gran mujer, me hice consciente de todo lo anterior. Escribo esto y espero que cuando ella lo esté leyendo, pueda sentir lo mismo que yo sentí al escribirlo: la invasión de un silencio tan lleno de todo. ¡Cuánto te amo, mami!

Despierta: diálogos honestos con la vida.

Soy Abigail, la primera de tres hijas amadas por Dios y sus padres. Todos me conocen como Aby. Me encanta viajar, leer, el café y la filantropía (y mejor si puedo hacerlo todo junto).

Abigail Alonzo – who has written posts on Ladrona de frases.


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1 Comment

  • Claudia Cáceres
    mayo 9, 2024, 4:39 pm

    Te conocí con tu mamá hace unos años que le llevé un regalito cuando vivían por el Naranjo, desde entonces sigo tu blog, en alguna oportunidad leí que escribiste de depresión y ansiedad, jamás imaginé que mi hija fuera a pasar algo igual. Si en alguna oportunidad tienes un tiempo para compartirle tu historia, y cómo lo haz llevado, te lo agradecería miles. Está en una etapa de esas donde necesita seres de luz cerca de ella.

    El nombre de mi hija es Lourdes María Amezquita Cáceres.

    Un abrazo y te felicito escribes muy lindo igual a tu mami. Abrazos

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