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“Cony” consuelo: mamá que brinda alivio

“Cony” consuelo: mamá que brinda alivio

Siempre hemos molestado a mi hermana porque cuando estaba chiquita y le preguntaban el nombre de mi mamá ella respondía: Cony Consuelo, sin darse cuenta estaba diciendo lo que esa increíble madre representa: descanso y alivio para su familia.

María Consuelo, mamá Cony

María Consuelo es la mujer que me trajo al mundo, la misma que me protegió cuando la austera vivienda ubicada en Guastatoya, El Progreso, se vino abajo durante el terremoto del 74. Me cobijó en sus brazos mientras el techo y las paredes caían sobre ella.

Han pasado 48 años de aquel momento, donde perdió seres queridos, sin embargo, su instinto de protección es el mismo de esa madrugada, sus oraciones me sostienen, sus llamadas me acompañan y su amor me brinda seguridad.

Nos separan 172 kilómetros, pero ella está siempre con el mole, con mangos de pashte, fresas y verduras -que según ella son más frescas que las del supermercado-. Su lenguaje del amor es la comida, su sazón para recaditos es el mejor del mundo y los tamales son un extracto milenario de sabores que nos hacen viajar al mundo de “Mayita”, mi abuela paterna.

Ahora que soy mamá puedo valorar en su justa dimensión aquella canastita con fruta que mantenía en nuestra mesa, nunca nos habló de comer saludable, pero sí nos enseñó a deleitarnos con las frutas de temporada.

En invierno, mientras el lago de Atitlán se turbaba la recuerdo escuchando música en la radiola, planchando o cosiendo en su máquina Singer en la que nos hizo vestidos, blusas, cortinas y hasta ropa de cama. Esto podría no ser novedoso, pero si les digo que nunca tomó ningún curso ni vio un solo tutorial en Youtube sobre cómo hacer patrones y nadie le enseñó a manejar una máquina entenderán mi admiración.

Cuchi-cuchi, mamita o mamá Cony es una mujer que no la ha tenido fácil, pero ella decidió hacerle frente a todo con carcajadas, bailes alocados, chistes. Encuentra en un gorro, en una chalina o en unos lentes la oportunidad de crear personajes para contagiarnos de su alegría. Claro que también fue la que nos disciplinó con la chancleta y a veces con el matamoscas, lo que tuviera a la mano para recordarnos las normas disciplinarias que nos han acompañado toda la vida.

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Espíritu luchador

La vi quemarse las pestañas cuando decidió estudiar magisterio, yo tenía 12 años cuando se dispuso a emprender una carrera y lo logró, satisfactoriamente se graduó de maestra. Creo que es la primera gran lección de vida que recuerdo: no hay edad para conquistar metas.

Aunque no ejerció la docencia en una escuela, sí lo hizo en la academia de mecanografía que mis papas fundaron, fue la primera academia de San Pedro La Laguna que preparó a miles de niños y jóvenes a desarrollar esas habilidades en una máquina de escribir: f, j, f, j. Y el ruido de las teclas resonaba en el pequeño salón donde ella pasaba de un lado a otro, observando a cada niño. Hace tres décadas el curso era un requisito en el pénsum de estudios del nivel medio, así que a la fuerza o por convicción los jóvenes pasaron por la academia de mecanografía Popol Vuh bajo la tutoría de mi mamá.

En esa etapa también la vi salir a los callejones a hablar con los papás de los alumnos para indagar sobre la ausencia de alguno o negociar con ellos para que se pusieran al día en las cuotas u otorgar descuentos con tal de que el alumno no dejara su curso a medias, ahí la seño Cony velaba por todos.

Mi mamita es la mejor del mundo, aunque ella sienta que no nos ha dado mucho, la realidad es que nos ha dado todo… Todo el amor, el consuelo, el sostén espiritual y el apoyo que nos ha impulsado para llegar lejos.

Hoy que sus ojitos se ven cansados y que sus pasos son lentos, no puedo evitar sentir un nudo en la garganta que se mezcla con un profundo agradecimiento por la gran dicha que tengo de ser su hija mayor. Me alienta saber que su espíritu sigue fuerte e ilusionado por llegar a abrazar a su hija pequeña y sus nietos que están a cientos de kilómetros de distancia la animan a seguir luchado.   

Este día tengo que aprovechar para decirlo públicamente: la amo, madre querida. Gracias a Dios por su vida, por el privilegio de tenerla y por todo lo que nos ha otorgado eternamente. La amo 🥰❤️

Mujer, esposa y madre. Robadora de frases. En proceso de construcción. Amante de los viajes, buenos libros y museos.

Marly Leonzo – who has written posts on Ladrona de frases.


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