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Las amigas de Jesús

Las amigas de Jesús

Quizás no figuren tanto, pero sí lo suficiente para mostrar trascendencia que Jesús les dio a las mujeres que caminaron a su lado: María, Juana y Susana. Las amigas de Jesús nos enseñan tanto, con tan poco.

Además de los 12 discípulos, muchas mujeres caminaban con Jesús. Los evangelios (Mateo 27:55-56, Marcos 15:40-41, Marcos 16:1, Lucas 23:55-56 cf. 24:9-10 y Juan 19:25) nombran a tres: María, la que llamaban Magdalena, Juana esposa de Cuza (administrador de Herodes) y Susana. 

El teólogo Kenneth Bailey dice que Jesús al referirse a sus discípulos lo hacía con términos masculinos y femeninos; de modo que el grupo de discípulos estaba compuesto de hombres y mujeres. Pero dejaremos la discusión teológica para otro día, me quiero concentrar en este grupo de amigas. 

María, Juana y Susana – como los demás discípulos – dejaron todo para seguir a Jesús; a sus familias, sus hogares y lo apoyaban con sus recursos. En ese tiempo los rabinos (los maestros) se negaban a enseñarle a las mujeres, pero aquí estaba Jesús, caminando con ellas e instruyéndolas; las tres se volvieron sus seguidoras y amigas cercanas. 

Sabemos poco de estas ellas, pero me encanta que Juan las describe como mujeres que habían sido sanadas por Jesús. Su compañero de aventuras, Juan las veía como sanas, afirmaba lo que Jesús había hecho en ellas. ¿Te ha pasado que te ves a ti misma como lo que has padecido? O ¿miras a otras como los errores que cometieron? Es fácil recordar el pasado de los demás y el nuestro en vez de reconocer la sanidad actual. Jesús quiere sanarte, tú puedes ser sanada. Reconozcamos, entonces lo que Jesús ha hecho: somos sanas en Su nombre.

María, Juana y Susana caminaron de Galilea a Jerusalén; es un viaje de varios días. Me imagino a estas mujeres en caminos de tierra, sin regaderas, sin perfumes, con sandalias, sin zapatos nike…. Llenas de tierra, con dolor de pies (seguro), sudadas, desarregladas. ¿Hubieras caminado en esas condiciones? Yo diría que sí, pero a decir verdad no me gusta sudar, tengo el pelo rizado y sin peinármelo no es nada bonito. Caminar en esas condiciones, no se me antoja, pero ellas tomaron ese viaje al lado de sus amigos, te imaginas, tomar un viaje de varios días con tus mejores amigas. Esto sí me suena como el mejor plan. A veces no hace falta que sea un viaje de varios días, puede ser de 5 minutos en el auto, con amigas y música a todo volumen se vuelve la parte más alegre de nuestro día, incluso, solo ir a tomar una copa de vino con una amiga nos cura el corazón… Quizás pensaste en algún recuerdo compartido con amigas que te hizo sonreír, ya lo dijo Aristóteles; “la amistad es lo más necesario en la vida”. Gracias a Dios por las amigas.  

Las tres siguieron a Jesús a Jerusalén sin saber qué les esperaba. Estando en Jerusalén, ocurre el peor plot-twist de la historia; crucifican a Jesús. Tómate un segundo… ponte en el lugar de ellas, viendo a su maestro, quien creyó en ellas, su amigo, él ahora está colgando en la cruz; escuchan a su madre llorar y a otros celebrar. Se voltearon a ver y se preguntaron ¿ahora qué? Habían dejado todo atrás por Jesús y ahora las inundaba el temor de que a ellas, por haber sido vistas con él, también fueran llevadas a la cruz. El dolor de perderlo y la incertidumbre de lo que vendría era una tortura. Siempre se me salen las lágrimas cuando pienso en esta escena. Yo también he volteado a ver a mis amigas con esa expresión cuando algo sale terriblemente mal.  

María, Juana y Susana caminaron con Jesús.

Pero aún así, tres días después de la crucifixión, María, Juana y Susana caminaron juntas el sendero más difícil; caminaron al sepulcro, a la tumba de Jesús. Llevaban especies aromáticas, como buenas mujeres, querían hacer que todo oliera mejor.

Al llegar se encontraron con un ángel, el ser les dijo las palabras más bellas algunas vez dichas: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado” Lucas (Lc 24, 1-8). Se relata que fue entonces que las mujeres recordaron lo que Jesús les había dicho. Después de esto corrieron a encontrarse con los demás discípulos y les contaron que Jesús había resucitado.  

Primero, el ángel les recordó lo que Jesús había dicho. Creo que cuando te rodeas de la gente correcta Dios te habla y recuerda lo que ha dicho. ¿De quién te rodeas? Yo, he aprendido que cuando me rodeo de las personas correctas Dios me habla más, incluso mis amigas han sido como ese ángel que se le apareció a estas mujeres, recordándome lo que Jesús ya me dijo.

En estas mujeres vemos que el camino del discipulado y de la vida no es singular, es plural. Jesús lo vivió, pero también lo dijo: “ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado. No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos” (Juan 15:12-27 NTV).  Seamos esas amigas de vida y de caminos y no solo de momentos; que nos acompañamos en las risas, pero también que caminamos el camino difícil hacia el sepulcro.

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No sé cuál es tu camino al sepulcro, puede ser una enfermedad, una decepción amorosa, un cambio en tu carrera profesional, una pérdida… No lo camines sola. A veces nos creemos super-Woman que “todo lo podemos hacer solas y en tacones”, pero está bien pedir ayuda, dejarnos acompañar y aceptar que necesitamos a alguien más.

Por último, es innegable que las mujeres somos tan valiosas, importantes y necesarias en los planes de Dios. ¡Él permitió que las primeras en predicar de la resurrección fueran mujeres! Desde María, Juana y Susana muchas mujeres más continuamos siguiendo a Jesús, predicando Su resurrección y modelando su amor siendo amigas.

No sé por lo que estás pasando hoy, pero le pido a Dios que te encuentres con amigas que caminen contigo sin recordarte tu pasado y que reconozcan tu sanidad, que caminen contigo en los caminos alegres y dolorosos, pero sobre todo, que te recuerden lo que Jesús te ha dicho. Y si eres afortunada, como yo, y has encontrado amigas así, te invito a que las llames y les recuerdes que Jesús está vivo y que las ama. Espero que sigan caminando juntas. 

¡Qué alegría compartir este género femenino contigo!

Enamorada del amor, de las letras, de la psique y la ciencia. Me río recio y abrazo fuerte. Disfruto mis sentimientos y gozo mi vida. Mi vida se resume en encontrar orden en mi desorden (en mi cuarto y en mi corazón). En un debate eterno entre con quién cenaré: Erich Fromm, Lacan, Jordan Peterson o Henri Nouwen, A.W. Tozer, Wim Hof, Hatshepsut o con mi papi.

Lael  Zapata – who has written posts on Ladrona de frases.


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