Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Él tiene un destino superior para ti. Ha llegado el momento de convertir tus derrotas en victorias.
Al recibir la invitación para escribir sobre este tema y después de haber pasado un 2020 complejo a nivel mundial, reflexioné ¿cuáles han sido mis fracasos? Y he de confesar que me dio gusto responderme a mí misma, que no he fracasado, pues todo lo vivido ha sido para crecer, aprender, ser más fuerte o resiliente y tener una visión innovadora. Es ¿fácil o difícil? es una respuesta según tu perspectiva y fuerza interior. En mi caso, ser despedida de un trabajo, enfocarme en mi sueño y anhelo o fracaso amoroso, escribir un libro. La clave es la perspectiva.
Por otro lado, también debo reconocer que trabajar por casi 20 años en temas de capacitación y desarrollo, escuchando a grandes conferencistas del mundo y habiendo iniciado este caminar en 1998 y convivido con Miguel Ángel Cornejo, fundador del Colegio de Líderes, llegué a la conclusión que gracias a ello aprendí que fracaso no significa pérdida de tiempo, sino el aliento para empezar de nuevo, porque ahora estamos más cerca de nuestros objetivos. Recordé una frase que Miguel Ángel me dijo tomando un café en La Antigua Guatemala “el desafío forma al triunfador y no cabe desafío sin riesgo al fracaso, pues el éxito y el fracaso son un tejido de la misma textura” entonces, depende de cómo lo veamos y que nos atrevamos a pagar la colegiatura para llegar a la cima.
Recuerda siempre que ante tus propios fracasos y de los demás debes actuar comprendiéndolos, asimilándolos y olvidándolos. Comparte todos tus éxitos y fracasos con el equipo al que pertenezcas, tus subalternos, compañeros o tu familia, debes comprender y estar consciente que, si tienes más de una excusa para tus fracasos, ha llegado el momento de convertir tus derrotas en victorias. Ten en mente que “no cabe desafío sin riesgo al fracaso” y fracaso no significa derrota, significa simplemente que todavía no hemos tenido éxito.
Fracaso no significa estupidez, sino el camino para acumular la sabiduría necesaria para triunfar.
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Fracaso no significa que no hemos logrado nada, significa que hemos identificado lo que no debemos hacer para lograr nuestros objetivos. Fracaso no significa que hayamos actuado como necias. Nos demuestra que anhelamos firmemente obtener el éxito. Fracaso no significa que no alcanzaremos nuestras metas, más bien nos reta a pagar la colegiatura de la perseverancia, la determinación y la pasión para lograr el éxito.
Fracaso no significa inseguridad o miedo, sino que demuestra que estamos dispuestos a correr los riesgos necesarios para triunfar. El fracaso nos indica qué otras potencialidades debemos desarrollar para alcanzar lo que deseamos.
Fracaso no significa que debemos darnos por vencidas. Denota que tenemos que luchar con mayor determinación para lograr el éxito.
No nos deben encadenar, frustrar o esclavizar los fracasos del pasado, ni debemos atormentarnos con lo que nos depara el futuro, pues corremos el riesgo de no tener éxito en el presente.
Fracaso no significa que Dios nos ha abandonado, significa que Él tiene un destino superior para nosotras.
Es la capacidad de convertir cada fracaso en victoria aprendiendo de nuestras fallas y no perder jamás de vista la cumbre que deseamos conquistar. Entonces, te pregunto ¿cuál es tu perspectiva del fracaso? Nacimos para triunfar, ser plenas realizadas y felices está en nuestras manos.
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