Según Sófocles, mamá es la fuerza que da vida y merece la más alta reverencia y honor, para mí es mi lugar seguro, mi fiel compañera, confidente, consejera… ¡Mi mejor amiga!

Poco se sabe del origen de esa maravillosa palabra, aunque se cree que proviene de las lenguas indo-europeas por la repetición de sonidos bilabiales como «m» que evolucionó para representar la figura materna.

En la poesía antigua, Sófocles dice que mamá es la fuerza que da vida y merece la más alta reverencia y honor. La psicología afirma que la mamá se vuelve ese pilar que da protección, resguardo y herramientas para la vida. Para mí, mamá es mi lugar seguro, mi fiel compañera, confidente, consejera… ¡mi mejor amiga!

A partir de esas definiciones, puedo ver que en mi propia experiencia mi mamá siempre ha sido mi maestra de vida, ella siempre tiene las respuestas a mis preguntas, hasta las más complicadas. De chiquita me enseñó a amarrarme los zapatos, de adolescente a maquillarme y de grande a ser mujer.

Mi mamá es la primera persona a la que corro cuando algo ocurre o me lastimo, así sea que me caí de una bicicleta o de una decepción; porqué ella siempre sabe cómo curar una herida en la rodilla o en el corazón.

Mamá es quien siempre encuentra lo que estoy buscando, ya sea mi blusa favorita o el sentido de mi vida. Tiene su chancla que me alcanza a corregirme así sea en el mismo cuarto o en otro país. Ella es la que hace el caldo cuando es el día más caluroso de la historia, pero lo hace tan rico que no importa.  

Siempre ha sido mi mami, de pequeña era mi princesa favorita, la persona que yo admiraba y quería llegar a ser. Cuando era adolescente nos peleábamos mucho, pero ahora vemos para atrás y nos reímos, porque no era mi contrincante, estaba de mi lado, solo que yo no sabía verlo. Ahora que ya crecí, veo a las personas como las estaciones que vienen y van, pasan y se van, pero al final del día la que siempre está es mamá.

También puedes leer: Aura Violeta ¡Mamá canche!

Ella es maravillosa, es risueña, muy ocurrente, servicial, amorosa, genuina, honesta, carismática… Es mamá oso, tiene un carácter fuerte, pero en ternura y protección. Mi mamá es mamá de profesión, y es lo que más disfruta ser, yo lo que más disfruto es ser su hija. Me encanta aprender de ella, ser amada por ella y sobre todo ser cuidada por ella.

¡Mis otras mamás!

Durante mi vida he tenido una gran mamá en casa, pero no puedo dejar de reconocer a las mamás con las que me he topado y que me han abierto las puertas de su casa y su corazón. Las mamás de mis amigos que me han dado su amistad, me han escuchado y visto crecer, se alegran conmigo y por mí e incluso me han dado un lugar en su mesa y me dicen “mija”. Siempre tengo en mi corazón a M.G. que desde que tengo 7 me ha amado y hace poco me coció mi falda en 2 minutos porque ya iba tarde, a J.P. que hace la lasagña blanca más rica que he comido, a M.A. quien siempre me comenta mis fotos, M.A. que me apapacha, a P.G. que ora por mí, a B.T. que me hace mi caldito favorito.

A todas las mamás que conozco las bendigo, las admiro, por haber sido valientes en traer vida al mundo y cada día dedicarse a amar, formar y cuidar.

Yo aún no soy mamá, entonces aún como hija agradezco estar rodeada de mujeres grandiosas que también son madres maravillosas. Sé que mis futuros hijos tendrán una abuela biológica espectacular y muchos brazos amorosos listos para consentirlos.

Queridas mamás, no hay palabras que describan el gran labor que hacen. Gracias por ser los oídos que siempre escuchan, los labios sabios, la voz de paz y los brazos seguros; gracias por sus advertencias, por su resguardo y cuidado; gracias por ser mamás. 

Algún día, yo espero ser tan buena mamá como la que Dios me dio. Te amo mami, gracias por darme la vida y enseñarme a vivirla.