¿Cómo es el proceso de encontrar el amor para una soltera o casada en segundas nupcias? La esencia es la misma: esto es solo para valientes, mujeres que tienen el coraje de ser vulnerables.

Luego de un largo proceso de transformación y sanidad, considero estar lista para una relación. No busco a alguien que me dé felicidad, deseo compartir mi felicidad y mi vida con alguien.

No amigas, esto no es resultado de un test en línea ni inspiración post chick-flick de Hollywood, donde el amor triunfa en menos de 120 minutos. Reconocer que el momento ha llegado requiere de una plena conciencia de mi humanidad, así como de la entera disposición a ser nuevamente vulnerable.

Compartiendo con quienes han pasado por el mismo proceso, solteras o casadas en segundas nupcias, descubro algunas verdades que me anticipan el viaje por recorrer. ¡Debo confesar que la última vez que estuve en un proceso de dating fue hace más de dos décadas! En teoría debería ser más fácil durante pandemia –con la ayuda de la tecnología y redes sociales–, pero la esencia es la misma: esto es solo para valientes, quienes cuentan con el coraje de ser vulnerables.

Ser vulnerable va totalmente en contra de mi naturaleza planificadora y perfeccionista (en proceso de cambio) y de la lógica post “fracaso matrimonial”; pero es el único camino hacia el amor recíproco e incondicional, basado en la libertad de ser yo misma y encontrar alguien ubicado en la misma dimensión. Sí, encomendada a Dios, con los ojos y sentidos abiertos, pero dando el primer paso.

La vulnerabilidad: incertidumbre, riesgo y ser expuesta emocionalmente, pero ¿qué es el amor sin la ausencia de este? Y aunque el riesgo es incalculable en mi análisis de probabilidad, la ganancia es inmensa también.

Como menciona Brene Brown, “cultivamos el amor cuando permitimos ser vistas y conocidas en nuestra versión más vulnerable y poderosa; cuando honramos la conexión espiritual que se gesta como resultado de ofrecer confianza, respeto, amabilidad y afecto. El amor no es algo que damos o recibimos, es algo que se fomenta y crece; una conexión que solamente puede ser cultivada entre dos personas quienes se aman a ellas mismas”.

Así que todo mi respeto y ánimo a las valientes que se exponen, vulnerables en la aventura de buscar con quien compartir la vida. Compañeras de este camino en la vida, las invito a disfrutar el camino y compartir su alegría al encontrar – esta vez ­–, su para siempre.