Sabemos perdonar, sacudirnos los pies y recuperarnos para seguir nuestro camino. No nos incomoda la independencia, pero si encontramos un hombre con visión, somos capaces de seguirlo al fin del mundo sin que nos lo pida.

Hemos nacido en una época privilegiada, muchos de los beneficios civiles que poseemos, se ganaron a través de grandes batallas en el pasado. Y aunque todavía hay terreno que debemos ganar, debemos reconocer el esfuerzo de quienes nos dejaron un legado que debemos honrar.

En una búsqueda en internet sobre el día internacional de la mujer, sobresalen artículos que resumen los eventos históricos que las féminas han protagonizado, desde la revolución francesa hasta el incendio de la fábrica de camisas Triangle, en Nueva York y finalmente algunas marchas contemporáneas.

Personalmente nunca he participado de ninguna marcha en favor de los derechos de las mujeres, debido a que están de la mano del feminismo, una corriente que no comparto fundamentalmente por que en esa búsqueda de igualdad pasa sobre la vida de seres humanos indefensos a los que se les quiere arrebatar la vida, eso para mí es un asesinato. Si eso me pone del lado opuesto asumo esa postura con orgullo y es algo que no me avergüenza. Claro, eso no me impide aplaudir o agradecer a quienes nos dieron la oportunidad de manifestar nuestra voz por medio del sufragio, un derecho que tristemente se ha devaluado en Guatemala y otros países de América Latina; a quienes han luchado para que el trabajo sea remunerado por el esfuerzo y no por el sexo que posee quien lo desarrolla; a quienes abrieron el camino para que pudiéramos ir a la universidad; también a quienes marcaron una tendencia para que las mujeres también aspiren a cargos políticos. Sin duda estas líneas no le hacen justicia a todo lo que se ha vivido a lo largo de los siglos, pero mi conclusión es que las mujeres somos invencibles, capaces de llegar lejos cuando nos lo proponemos e inalcanzables cuando nos desprendemos de otros.

Hay que reconocerlo, también somos competitivas y capaces de tirarle el carro a quien se nos atraviese sin pide vías en el tráfico; podemos ser peligrosas enemigas en la misma proporción que somos fieles amigas. Sí, llegamos a ser un dolor, un montón de hormonas llenas de explosividad, con una intuición que nos permite llevar un paso adelante (ojo maridos), somos fieles -la mayoría-, enamoradas y dispuestas a ayudar a otras, una buena parte de nosotras se inclina por el romanticismo y hasta acariciamos la cursilería, otras veces nos convertimos en salvajes para defender lo que amamos. Ya no esperamos que llegue el príncipe azul, la mayoría de ocasiones tomamos la iniciativa y pintamos nuestro hombre de mil colores. Sabemos perdonar, sacudirnos los pies y recuperarnos para seguir nuestro camino. No nos incomoda la independencia, pero si encontramos un hombre con visión, somos capaces de seguirlo al fin del mundo sin que nos lo pida.

Lo más valioso es nuestra capacidad para seguir cambiando el mundo, no necesariamente con marchas o manifestaciones, sino a través de la formación que podemos ejercer en las nuevas generaciones, en el seno del hogar. Una madre es capaz de acabar con el machismo, de romper cualquier estereotipo y con su ejemplo es capaz de redefinir la igualdad o formar un ejército íntegro lleno de valores éticos con sus hijos, todo esto mientras los acurruca en la cama, mientras cocina o está frente a la computadora desempeñado multitareas… Sí, quizás la tarea de la maternidad se ha desestimado -no es casualidad, pues es lo que se ha impulsado a través de muchas campañas globales- pero ojo, la mujer sigue siendo un arma muy poderosa. Cuando alcanza su realización personal, es capaz de despegar y por eso nunca hay que menospreciarla.

Definitivamente la mujer no es perfecta, pero está cerca de serlo, su fuerza extraordinaria y múltiples cualidades las hacen seres maravillosos, dignos de tributos. Este mes dedicado a ellas, hemos dispuesto experimentar, a través de leer lo que los hombres tienen que decir sobre las mujeres. En marzo he invitado a los primeros hombres a escribir sobre su mujer perfecta, unos famosos empresarios, artistas y hasta políticos han dicho que sí.  Así que este espacio tan femenino estará lleno de la inspiración masculina…

¿A quiénes proponen que les robemos sus frases? Por favor, dejen su opinión y metámonos a conocer lo que opinan sobre nosotras. Espero que este experimento ¡resulte!