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¿Tienes síndrome de la impostora? Descubre cómo recuperar tu confianza

El síndrome de la impostora es esa sensación de no sentirte lo suficientemente buena para un proyecto. Descubre cómo recuperar la confianza en ti misma y cómo superarlo.

No sé cuántas veces el síndrome de la impostora me ha atacado sin darme cuenta, pero tengo un registro muy puntual de uno de esos momentos. Había aceptado un proyecto importante, de esos que te emocionan y aterrorizan al mismo tiempo. Salí de la reunión en la que me dieron los detalles, y fue como si alguien prendiera una alarma de miedo en mi cabeza. Mientras bajaba los 16 niveles del elevador, las dudas inundaban mi mente.

“Es un proyecto muy grande… ¿y si no cumplo con las expectativas? ¿Y si no les gusta mi trabajo? ¿Será que puedo hacerlo?” Ese bombardeo mental hizo que esos 16 niveles se sintieran eternos. Incluso llegué a pensar que lo mejor sería subcontratar a alguien más para evitar el riesgo de fracasar.

Al bajar, mi amiga y partner me llamó para preguntarme cómo había ido la reunión. Ante la confianza que hay entre nosotras, fue la receptora de todas mis dudas. Ella, que me conoce en mis luces y sombras, no dudó en recordarme algo que yo había olvidado en medio de mi crisis: mi capacidad. Me habló de los dones que el Padre me ha otorgado y me recordó que ya lo había hecho antes, que este proyecto no era diferente. Sus palabras resonaron en mi mente, disipando poco a poco el ruido de la duda. Al colgar, sentí que la confianza volvía.

Esta experiencia me dejó una lección que quiero compartir contigo: la importancia de rodearte de personas que te impulsen a dejar los miedos y te ayuden a ver la verdad sobre ti misma.

¿Qué es el síndrome de la impostora?

El síndrome de la impostora, identificado por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes en los años 70, describe esa sensación de no ser lo suficientemente buena o capaz, a pesar de tener logros tangibles que demuestren lo contrario.

Quienes lo experimentan suelen atribuir sus éxitos a la suerte, al contexto o a la ayuda de otros, en lugar de reconocer su propio esfuerzo y talento. Este fenómeno es más común en mujeres, aunque también afecta a hombres, y puede ser debilitante si no se enfrenta de manera adecuada (Fuente: Nara).

Reconociendo a la impostora en tu mente

Una de las trampas del síndrome de la impostora es que suele aparecer en momentos clave: cuando damos un paso fuera de nuestra zona de confort o enfrentamos retos nuevos. Se disfraza de perfeccionismo, duda constante o la necesidad de validación externa.

Mi experiencia en el elevador fue un ejemplo claro: la duda me paralizó momentáneamente, a pesar de que ya había demostrado mi capacidad en proyectos similares. El primer paso para combatirla es reconocerla por lo que es: una voz interna que no tiene fundamento en la realidad. Esa voz no es más que una mezcla de miedo y expectativas desmedidas, que ignoran nuestras competencias reales.

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4 formas de acabar con el síndrome de la impostora

1. Rodéate de personas que crean en ti
Como me sucedió con mi amiga, tener a alguien que pueda recordarte tus fortalezas es clave. Estas personas no solo te apoyan, sino que también te ayudan a poner en perspectiva tus logros y capacidades.

2. Recuerda tus logros pasados
Es fácil olvidar lo lejos que has llegado cuando estás enfrentando un nuevo desafío. Haz una lista de tus logros y revisa cómo los alcanzaste. Esto te ayudará a reconocer que ya has superado retos antes y que puedes hacerlo de nuevo.

3. Acepta que no necesitas ser perfecta
El síndrome de la impostora se alimenta del perfeccionismo. Permítete cometer errores y aprende de ellos. La perfección no es un requisito para el éxito.

4. Confía en tus dones
Desde mi perspectiva de fe, creo que cada una de nosotras ha sido equipada por el Padre con talentos únicos. Recordar esto me ha dado paz y fuerza en momentos de duda. No estamos solas, y nuestras habilidades son suficientes para cumplir el propósito para el cual fuimos llamadas.

Cada vez que la impostora golpea, es una oportunidad para reafirmar quién eres y en quién confías. Mi experiencia en el elevador pudo haberme frenado, pero gracias a esa conversación con mi amiga, recordé que la confianza no surge de la ausencia de dudas, sino de la decisión de enfrentarlas.

Y tú, ¿a quién le permites hablarte en tus momentos de incertidumbre? Asegúrate de que sean voces que te eleven, no que te hundan. Porque la impostora no se vence con aislamiento, sino con comunidad, con verdad y con fe.

Mujer, esposa y madre. Robadora de frases. En proceso de construcción. Amante de los viajes, buenos libros y museos.

Marly Leonzo – who has written posts on Ladrona de frases.


Marly Leonzo

Mujer, esposa y madre. Robadora de frases. En proceso de construcción. Amante de los viajes, buenos libros y museos.

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