Cuando descubres para qué eres buena ¡ese día empiezas tu vida!
Mark Twain dijo que “los dos días más importantes en tu vida son el día que naciste y el día en el que descubriste para qué” y no estaba exagerando, porque encontrar ese motivo es un detonador que hace que permite que todo valga la pena.
Se lee sencillo, pero hay que reconocer que no es tan fácil. De hecho, hay personas que no logran descubrir su pasión o propósito y solo sobreviven. Algunas lo encuentran antes que otras, pero sin importar cuánto tiempo te tome, le dará sentido a tu existencia.
Quienes te rodean pueden echarte una mano para tu búsqueda o tu encuentro. Intenta preguntarles a tus amigas, familia o compañeros de trabajo para qué crees que eres buena, sus respuestas serán reveladoras, notarás que la mayoría coincide.
Las respuestas a estas preguntas también te ayudarán a encontrar tu propia ruta, algunas parecen muy fantasiosas, pero por no las tomes a la ligera:
– ¿Qué es lo que te hace sentir alegría? Por favor no digas que dormir porque eso es un placer y si dices viajar, eso es algo con lo que muchas soñamos y no necesariamente por un propósito.
– ¿Qué actividad podrías realizar diariamente sin contar el tiempo?
– ¿Qué harías sin que te pagaran?
– Y si te quedaran pocos días de vida ¿qué actividad te gustaría hacer en ellos?
Preguntas sencillas para encontrar aquello que te apasiona, tomando como partida que pasión significa, según describe el diccionario es un sentimiento vehemente, capaz de dominar la voluntad y perturbar la razón, como el amor, el odio, los celos o la ira intensos.
Por experiencia puedo decir que escribir siempre es algo que estuvo escondido en mis entrañas, corría en mi sangre, pero no lo supe hasta que nació la Ladrona de Frases, y empecé a escribir a partir de ese momento he escuchado a muchas amigas decirme que no se sorprenden de que finalmente haya cumplido mi sueño de escribir, parece que a lo largo de mi vida y de diferentes maneras dejé claro que escribir era algo que me apasionaba y de verdad yo no me sentía “lista” para hacerlo, pero aunque seguro hay muchas más y mejores escritoras, solo escribiendo me convertí en escritora.
Y cada vez que redacto un texto, siento una satisfacción que me confirma que amo escribir y no importa si alguien me va a leer o no, acomodar las palabras –incluso aquellas que no se publicarán– me hace sentir privilegiada, sí, es un placer hacer aquello que más te gusta, así que, si hoy estás ejecutando acciones que no te producen gusto, alegría o emoción, es probable que no estés ejecutando aquello por lo que estás en este mundo.
Sin embargo, el propósito trasciende un trabajo, es decir que puedes ser una chef o maestra cuando tu propósito servir a los demás a través de ejecutando esa tarea. Es decir, cuando los talentos los usamos para ayudar a alguien más, no habrá satisfacción mayor.
Así que quizás la última pregunta que debes incluir en tu lista es ¿cómo quieres que te recuerden? Como una mujer realizada que luchó por alguien más, una mujer que se esforzó por inspirar a la siguiente generación, una mujer comprometida con dejar un mundo mejor que el que recibió. Sí, como enfermera, madre, abogada, comunicadora, costurera, pastora o deportista… Desde el lugar que te corresponda puedes trascender.
Nunca es tarde para hacer que llegue tu segundo día importante al que se refería Mark Twain. No importa si tienes 20, 36 o 51 años ¡estás a tiempo de descubrir para qué eres buena.
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