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Las fiestas se llevan en la memoria

Las fiestas se llevan en la memoria

Cuando pienso en navidad y fin de año, vienen a mi mente los colores rojo, verde y dorado.  Mi mamá siempre me decía que esos eran los colores de la navidad.

Recuerdo tamales, ponche y el pavo relleno que hacía mi abuelita, también son inolvidables los regalos, largas colas para pagar en el centro comercial y para salir del parqueo. También pienso en Noche Buena y en todos mis primos quemando cohetes.

¡Ah! pero cuando me adentro en todas esas imágenes, empiezo a recordar a mi abuelo dando gracias antes de la cena, los abrazos acompañados de palabras llenas de amor que llegaban a las doce, recuerdo a mi mamá comprando los mejores regalos que el presupuesto le permitiera asegurándose de no olvidar a nadie y que todos se sintieran amados, a mi papá asegurándose de recordarnos que todo se trata de Jesús y de compartir su amor. Es curioso que toda conversación o pensamiento empieza con algo superficial, pero cuando realmente le dedicamos tiempo a las cosas, empezamos a descubrir que el trasfondo de todas estas lindas tradiciones es aún más significativo que la tradición misma.

Esta es mi segundo año que paso navidad fuera de Guate. Me casé con un estadounidense que nunca antes había tomado ponche, comido tamales, quemado cohetes o celebrado en Noche Buena. En cambio yo, crecí despertando la mañana del 25 con la emoción y ansias de abrir regalos y pasar un día en casa con la chimenea encendida, viendo películas con toda la familia. Así que ahora nuestra nueva familia es una mezcla de tradiciones y mi corazón está feliz. He aprendido a apreciar las costumbres de otras personas, a exponer a otros a las mías y a ¡crear nuevas! Aprendí a hacer ponche y a mi esposo le fascina, unos amigos hacen tamales y nos invitan a prepararlos con ellos, les enviamos tarjetas de navidad a nuestra familia y amigos para recordarles que estamos lejos en distancia, pero cerquita, en el corazón.

Aunque aquí no hay cohetes ni aroma a pólvora de los volcancitos, nos tomamos tiempo para abrir nuestros regalos el 25, damos gracias y recordamos que todo lo que hacemos en estas fechas se trata de Jesús y de compartir de Su amor. Ahora mis festejos se ven diferentes, pero el trasfondo de todo sigue siento el mismo: Navidad sigue teniendo sabor de hogar.

Quiero dar de gracia, lo que de gracia he recibido. Una guatemalteca viviendo en el extranjero.

Karen Maurizio – who has written posts on Ladrona de frases.


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