¡Trátate como te mereces!

Aunque parezca una visión egoísta o egocentrista es necesario que te pongas en primer lugar en tu lista de prioridades. Trátate como te mereces.

Porque solo vivimos una vez debemos de aprender a amarnos, cuidarnos e invertir en nosotras mismas. ¡Sí, aunque suene un poco egoísta y egocentrista, no lo es! Somos seres divinos, creadas con un propósito especial, un llamado único y para cumplirlo es necesario tomar las acciones.

Es frecuente que las carreras diarias nos hagan olvidar la importancia que tiene amarnos y cuidarnos, pero hay que entender que en la vida hay tiempo para todo. ¡Sí señoras y señoritas! Todo está en organizarnos.

Cuando pienso en todo lo que tengo que hacer, recuerdo que debo cuidarme mental, emocional y físicamente. Atender a los hijos, la pareja, los padres, el trabajo, las responsabilidades de la casa y de la oficina, también compromisos personales y familiares, asegurarme que todo esté listo y en orden, la lista puede ser infinita. Si deseo cumplir con todo debo estar sana, de lo contrario no podré completar nada, es decir si no me encuentro bien, descansada y con salud.

Porque solo vivimos una vez, es tiempo de amarte, consentirte, mimarte y darte gusto. ¡Vive y disfruta de la vida! La vida es muy corta, estamos solo de paso, así que haz lo mejor de cada segundo y de cada momento sin olvidar lo mucho que vales y que te mereces.

Antes de esperar que alguien te ame o pedir que te amen, aprende amarte a ti misma, a desarrollar tu amor propio y aunque sea difícil de asimilar, las acciones pequeñas pueden empezar un recorrido maravilloso que te lleven a ponerte en primer lugar.

¿Cómo empezar una rutina de amor propio?

– Toma –por lo menos– 15 minutos para meditar y conectarte con Dios, tener un tiempo personal con Él y contigo misma. Puedes usar de referencia un devocional que te permita reflexionar y que nutra tu alma y corazón. ¿Qué tal levantándote 15 minutos antes que todos?

– Ingiere alimentos que contribuyan a tu bienestar. Lo que consumimos es muy importante para el cuerpo que es nuestro templo. Asegúrate de darle todo lo necesario y evita dejar de comer.

– Arranca tu día con un poco de ejercicio, no pienses solo en el gimnasio, puede ser algo tan sencillo como una caminata diaria en tu propio vecindario. Intenta empezar con tres veces por semana hasta que puedas estar lista para hacerlo diariamente. Un día a la vez.

– Mímate con un masaje de vez en cuando, cuida de tu piel, aplícate una mascarilla por lo menos cada dos semanas para nutrir tu piel.

– Duerme por lo menos de 7 a 8 horas diarias y toma mucha agua.

– Invierte en ti, en aprender cosas nuevas, en leer un libro y en prepararte.

¿Y qué pasa si al final de día la rutina quedó inconclusa? ¡No pasa nada, la vida no se acaba porque no se lavaron los platos o toda la ropa!

Quisiera que aprendas que en la vida hay tiempo para todo y tú eres lo más importante de ese todo. Es algo así como la instrucción de seguridad del avión, ante una emergencia la mascarilla de aire debes ponértela tú antes de ponérsela a alguien más. Es la forma en que podrás salvar a otros.

Todo ese balance contribuye para que alcances el propósito para el que fuiste creada. Por favor, no olvides que vales mucho, eres una joya valiosa, un diamante precioso que merece ser cuidado y tratado con mucho amor y delicadeza. Recuerda ¡solo vivirás una vez! Ámate a ti misma.