El amor no es un sentimiento, es una decisión y yo decido amarme todos los días ¡un poquito mejor!

¿Quién es la persona a la que más quieres en este mundo? Es probable que hayas pensado en tu mamá, tu papá, algún tío, abuelo, una amiga, hijo, tu novio o esposo. Cuéntame: ¿Pensaste en ti? Suena un poco egoísta, ¿no? Pensar que nosotras mismas somos la persona que más amamos en el mundo. 

Yo aprendí a “amar a otros como a mí misma”, entendí muy bien la primera parte, la segunda la descubrí después de muchos años, ya que nos enseñan a no ser egoístas y que “compartir es querer”. 

Un día después de una semana aturdida de parciales pensé: “tengo ganas de un té chai con leche de almendra”. Justo un autoservicio quedaba en mi camino, pero dije “no, no quiero manejar y tomármelo, quiero disfrutarlo”. Me estacioné, entré, hice mi pedido y cuando me lo dieron me senté. No había pasado ni un segundo cuando ya estaba en mi teléfono llamando a una amiga para que me hiciera compañía por teléfono, comenzamos a hablar y le dije “qué buena amiga sos” y ella me respondió “aprendí de ti”. Colgamos y me quedé sola en silencio. 

En el silencio me hice esta pregunta “¿soy yo mi amiga?”. La respuesta me dolió porque reconocí que “no”, aún no era mi amiga. Noté que era la primera vez que me sentaba a tomar un té conmigo misma, así que me escuché y me abracé. Desde ese momento empecé a conocerme y descubrí que me caigo rebien. Entendí que mi corazón ama con medidas eternas, también noté que mis amigos me recargan las energías, que mi familia me abraza sin importar la distancia, que todas las personas en mi vida de alguna forma u otra me han formado en la mujer que hoy soy y que no puedo hablar de mí sin mencionarlas a ellas. 

Además, mientras más me conocía por dentro más me encantaba por fuera. Estoy agradecida con mi cuerpo, por mis manos que me permiten coger un lápiz, por mi corazón que no solo ama, sino que también late y me mantiene viva –incluso estando roto no deja de latir –. Debo decir que no todos los días me gusta mi cuerpo, en especial ese tiempo del mes en el que la ropa no me queda igual, pero cada día estoy agradecida por él y porque me ha acompañado por 23 años.

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Te digo, ha sido un recorrido largo esto de adoptar el amor propio, aunque creí que era fácil, pero no. Me cuesta dejar ir los errores del pasado, la autocrítica y aceptarme como soy. Me tengo que enfrentar con las partes oscuras de mí, aquellas que no le quería enseñar a nadie me las debo enseñar a mí y me toca aceptarlas. Sophia Bush me dio paz con esta frase: “se te permite ser tanto una obra maestra como una obra en progreso al mismo tiempo”.

Afortunadamente entendí lo que dice Rupi Kaur “debes querer pasar el resto de tu vida contigo mismo primero”. Por primera vez me emociona el futuro conmigo, no sé qué aventuras me esperan, pero las voy a vivir conmigo y con quienes estén a mi lado. Oscar Wilde dijo que amarse a uno mismo es el comienzo de un romance para toda la vida, porque algo que he aprendido es que el amor propio no es un momento, sino un estilo de vida. 

Muchas veces creemos que estamos muy ocupadas y postergamos las cosas para hacerlas “mañana, el lunes, el otro mes…”, pero ¿qué tiene de malo empezar en este momento?, no esperes a mañana para amarte. Ahorita estoy sentada frente a una ventana que deja verme en el reflejo, me sonrío, me felicito por haber terminado una semana cargada y haber vuelto a escribir, pero también me pido perdón porque ayer no me amé bien. Afortunadamente, hoy encuentro paz en saber que soy una obra maestra y estoy en progreso, me voy a invitar a un té chai con leche de almendra y voy a escuchar mi corazón y mi mente. 

El amor no es solo sentimientos, es una decisión y yo decido amarme todos los días ¡un poquito mejor! ¿Cómo te vas a amar a ti hoy? Me refiero a este instante ¿cómo te vas a amar? 

Abrázate, ámate, consiéntete, felicítate, celébrate, recuérdate lo linda que eres, sonríete, ríete contigo o por qué no de ti y no se te olvide cuidarte, tenerte paciencia y procurar amarte un poquito más a cada momento. ¡Lo mereces!