Por naturaleza las mujeres son emprendedoras. Emprenden con su carrera profesional, en su primer trabajo, con sus ideas y proyectos, cuando inician el matrimonio o se convierten en madres y también cuando ayudan a otras a brillar.
El limpia parabrisas, el Monopoly, la calefacción central, la corrección láser para la vista, las cámaras de seguridad, el bote de Salvavidas, el Kevlar, la bengala de emergencia, la tostadora, la Barbie, la lavadora de platos, el corrector líquido, los pañales, la máquina para hacer helados, el WiFi, la escalera de incendios… Pareciera que estoy jugando a la lotería, pero solo estoy ejemplificando algunas de las invenciones que han revolucionado la vida como la conocemos hoy y que fueron creadas, diseñadas y co-creadas por mujeres.
La mujer ha jugado siempre un rol importante en la sociedad y es importante destacar que no siempre ha tenido las oportunidades que actualmente tiene. Muchas mujeres han tenido la valentía de romper con el status quo, defendiendo sus derechos, buscando nuevas y mejores oportunidades, tanto como para sus familias como para todos los que conforman la sociedad.
Hoy en día, se puede observar que la mujer destaca en la ciencia, el arte, negocios, industria y muchísimos ámbitos más y esto se lo debemos a las atrevidas, a las estudiosas, a las trabajadoras y a todas aquellas que de una u otra forma han luchado porque las oportunidades sean iguales para hombres y mujeres. Destaco a una mujer admirable, Malala Yousafzai quien, por sus convicciones por la educación de las mujeres, fue atacada por talibanes y quedó casi al borde de la muerte y es ahora graduada de Oxford con un Premio Nobel de la Paz, sigue su lucha por la educación y los derechos civiles de las mujeres, y siempre predica que un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo.
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Tengo la total convicción de que las mujeres tenemos el poder de inspirar a otras mujeres. Vengo de una familia en donde las mujeres siempre han tenido un papel activo, desde mi abuela que estudió magisterio, y acompañó a mi abuelo para construir su negocio y siempre jugó un rol de trabajadora, madre, esposa, amiga y a la fecha nada le ha impedido estar presente en todo lo que hace. Mi tía abuela es auditora, mi mamá abogada, tengo una tía dentista, una tía financiera, otra administradora y una suegra educadora. Verlas cumplir con muchos roles y sueños, me ha inspirado y me evidencia que las mujeres siempre, siempre estamos emprendiendo.
Emprendemos nuestra carrera profesional, emprendemos nuestro primer trabajo, emprendemos nuevas relaciones, emprendemos ideas, emprendemos proyectos, emprendemos negocios, emprendemos en el matrimonio, emprendemos al ser madres y emprendemos en ayudar a otras mujeres a brillar.
Y dejando de lado mi apreciación y opinión personal, no hay nada más relevante e importante que los datos que sustentan el rol femenino en el hogar, la sociedad y el emprendimiento:
El 80% de las decisiones de compra en el hogar, son tomadas por las mujeres según Deloitte.
34% de los negocios en el mundo son dirigidos o de propiedad de mujeres, según el Banco Mundial.
En 1995 las mujeres en roles directivos en las empresas de Fortune 500, solamente representaba un 0.2% y hoy representa un 6.6%.
Los datos del Instituto de Estadística de la UNESCO (IEU) señalan que, entre 2000 y 2018, la tasa bruta de matriculación (TBM) en la enseñanza superior, en el caso de los hombres aumentó del 19% al 36%, mientras que en el caso de las mujeres se incrementó del 19 % al 41 %. Por lo tanto, las mujeres han sido las principales beneficiarias del rápido aumento de la matriculación en la educación superior, y constituyen así la mayoría de los estudiantes universitarios en todas las regiones, excepto en el África Subsahariana (UNESCO IESALC, 2020a).
Las mujeres son mucho más visibles que nunca en los deportes: en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 hubo una representación casi equitativa de mujeres y hombres compitiendo por primera vez en su historia. A modo de comparación, solo 22 mujeres (2,2 por ciento) de un total de 997 atletas compitieron en los Juegos Olímpicos modernos por primera vez en 1900.
La tasa de propiedad empresarial establecida (definida por GEM como la propiedad y gestión de una empresa en funcionamiento que ha pagado sueldos, salarios o cualquier otro pago a los propietarios durante más de 42 meses) para las mujeres es del 5.6 %, lo que representa una de cada tres propietarias de empresas establecidas a nivel mundial.
El emprendimiento femenino está ganando muchísimo campo y aborda desde negocios de pequeña escala a negocios en rápido crecimiento y con potencial de escala. Cada una de ellas aportando a sus economías locales, impactando la vida de sus trabajadores, clientes, proveedores y comunidades.
Hoy, las oportunidades para las mujeres son más amplias y cada vez estamos mejor. Sin embargo, es evidente que aún existen retos, obstáculos y aún culturas limitantes, pero dependerá de cada una de nosotras que pongamos nuestro granito de arena y seguir luchando por que los espacios sean iguales para todos.
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