Lo que más me gusta del fútbol es que me permite seguir creando recuerdos que jamás olvidaré con mi entrenador y fan número uno, mi papá.
Creo que todas las niñas crecemos con la idea de que nuestro padre es un superhéroe, que no hay nadie más fuerte que él, que él es nuestro lugar seguro en el que nadie te puede lastimar, en pocas palabras es tu refugio. Aprendemos a valorarnos a nosotras mismas gracias a las palabras que nos da. Mi princesa, mi niña hermosa o mi cielo son unas de las muchas frases que oímos de pequeñas y nos acompañan en nuestro proceso de crecimiento.
Cuando pasa el tiempo y llegamos a la etapa de adolescencia, la relación con él se puede ir transformado. Nos creemos unas mujercitas y empezamos a buscar nuestros propios intereses, alejadas de mamá y un poco más de papá. Creemos ya no necesitar de su protección.
Algunas crecen, encuentran su propio camino y ya no vuelven a hacer esa conexión con quien un día fue su héroe.
Por eso a mis quince años me siento muy afortunada de tener una actividad que me hace inseparable con mi papá: el fútbol. Así que si hoy me preguntan quién es mi papá no solo diría que sigue siendo ese superhéroe, sino también mi entrenador, médico, acompañante, mi crítico, mi fan número 1, mi ejemplo a seguir y mi mejor amigo.
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Es la persona a quien he visto dejarlo todo por el sueño de su hija, dejar de comer para no llegar tarde a un entreno, desvelarse por un juego, perderse reuniones para no dejar de verme e incluso conducir 4 o 5 horas para acompañarme en un partido.
Algunas sueñan con una fiesta, un vestido largo y peinado hermoso para sus quince años. Mi ideal de quince años era un partido de fútbol con las mejores atletas del mundo. Y sí, mi papá hizo posible que ese mágico momento llegara y él estuvo a mi lado. Estuve presente en dos partidos de She Believes Cup donde pude ver jugar las selecciones de Estados Unidos, Inglaterra, España y Japón. Cómo les describo con palabras lo que sentí el instante en que vi saltar a la cancha a la actual campeona del mundo y ganadora del Balón de Oro, Megan Rapinoe y a las capitanas del Fc Barcelona Femenino, Jenni Hermoso y Alexia Putellas. Fue una experiencia inolvidable y en mi corazón guardo ese momento.
Papa, sé que estás leyendo esto y quiero decirte que lo que más me gusta del fútbol es que te tengo a ti cerca, porque podemos crear recuerdos que nunca olvidaré. Te amo y te quiero para siempre conmigo.
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