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¡Salva tu vida!

“Yo ya lo hubiera dejado”. Es fácil juzgar a las mujeres que están en una relación de riesgo. Algo pasa que hace que la decisión sea muy difícil de tomar hasta que es la única salida para garantizar tu vida y no todas corren con esa suerte.

Empiezo esta nota aclarando lo que estoy sintiendo mientras escribo, en mi cabeza hay una lucha mental entre lo que quiero que sepas de mí y lo que aún a pesar de los años me da miedo mostrar. Pero recuerdo de lo que se trata el blog y me doy cuenta que mostrarme vulnerable nunca me había traído tanta satisfacción que te puede llenar de valor y tomar la decisión que tengas que tomar, sea cual sea.

Tenía 22 años y estaba por tomar la peor decisión de mi vida, solo que en ese momento no lo sabía, no del todo, lo sospechaba, pero tenía la cabeza y el corazón llenos de promesas de cambio, de un futuro bonito, de una vida juntos que no se comparaba a lo que en mis sueños había visto. 

Estaba por cerrar la universidad, la licenciatura en ciencias de la comunicación estaba a la vuelta de la esquina, tenía un trabajo estable que me encantaba, cantaba en una banda y a esa edad en la que te sueltan tantito la cuerda en tu casa lo que más quieres es estar con tus amigos, salir y hacer las cosas normales que haces de joven.

Un día sin andar buscando a nadie conocí a un chavo, me llevaba casi 10 años y como nos han dicho que las mujeres somos más maduras que los hombres (primera mentira) pensé: qué importa, es guapó y me flechó. Empezamos a salir y a las pocas semanas nos hicimos novios y a los poquitos meses ¡zaz! Me propone matrimonio. Primera confesión: para ese momento de la relación ya habíamos terminado un par de veces y el día que me pide que sea su esposa tampoco había sido del todo color de rosa, pero me cegué con la idea del compromiso y literalmente me comprometí sin importar mi propia vida.

Poco a poco empezó a manipularme de la forma más dulce y amorosa que te puedas imaginar, “¿Para qué sigues estudiando si conmigo vas a tener todo?” “¿Para qué estas con esos amigos si tú eres más inteligente que ellos?” Me las creí todas y poco a poco fui alejándome de mi esencia. Me inventaba excusas para no decir la verdad. Mi madre sabía que algo estaba pasando e hizo lo imposible para evitarme el trago amargo, pero no era tan fácil.

No me malinterpretes, soy la primera en sacar bandera por aquellos hombres que abrazan nuestra vulnerabilidad y delante de los cuales podemos ser nosotras y hasta “aprovechar” el que nos consientan, pero la historia que te cuento está llena de celos enfermizos y control absoluto.

Es muy fácil juzgar a las mujeres que están en este tipo de relaciones pesando “yo ya lo hubiera dejado” algo pasa dentro de las que estuvimos o están en esa situación que hace que la decisión sea muy difícil de tomar hasta que es la única salida por tu vida y no todas corremos con esa suerte.

Recuerdo perfectamente el día que decidí poner un alto, para ese momento la lista de insultos, gritos, cosas quebradas y uno que otro forcejeo ya era demasiado larga, la relación estaba por completo destruida y cada día le añadía más. No había regalos suficientes o viajes al otro lado del mundo que pudieran reparar mi corazón y mi alma totalmente rota. Me dolía hasta la piel y sabía que lo que me esperaba tampoco era el paraíso, pero estaba dispuesta a pelear con uñas y dientes por un futuro diferente.

Han pasado 12 años desde ese día y hoy con solvencia puedo decirte que hay un futuro hermoso, diferente y bueno, he pensando mucho en si volviera a nacer quisiera pasar por eso y te digo ¡no! No quiero volverlo a vivir, aunque me hizo más fuerte, me enseñó a creer en mí y a pelear por algo diferente, ha sido el trago más amargo que me ha tocado tomar y es por eso que desnudo mi vida para evitar que pases por esto y aprendas de mis errores. Vales mucho y estoy segura que hay alguien que verá todos tus defectos y te acompañará en tu proceso de ser mejor, te verá despeinada y te dirá que eres hermosa, alguien con quien compartir el resto de tu vida será la mejor decisión, así como lo estoy viviendo yo.

No estás sola, si ves a tu alrededor encontrarás personas que estarán dispuestas a apoyarte; habla, no te quedes callada por temor o peor aún por vergüenza, no eres la primera ni la última y hay mujeres que quieren escucharte contar que ¡lo lograste! 

Porrista número 1 de los míos. Artista. Fanática de la cocina y del buen comer. Comunicadora social de profesión, pecho amarillo de corazón.

Vanesa Juárez de Muñoz – who has written posts on Ladrona de frases.


Vanesa Juárez de Muñoz

Porrista número 1 de los míos. Artista. Fanática de la cocina y del buen comer. Comunicadora social de profesión, pecho amarillo de corazón.

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