
Evita ser un vertedero de energía tóxica. ¡Sé esa líder, amiga o coach que ayude a desintoxicar las emociones, pensamientos y actitudes de las personas que no saben cómo hacerlo!
Al leer libros como el de la metáfora The fish, escrito por John Christensen, Stephen Lundin, Harry Paul o el de Los 5 lenguajes del aprecio en el trabajo, de Gary Chapman junto a Paul White, podemos tener una panorámica de cómo el entorno tóxico puede tener las mismas características ya sea en la pareja, la familia, el trabajo o los amigos.
Todos los seres humanos nacemos siendo buenas personas, pero en el camino, puede que nuestra actitud se vuelva tóxica y nos convertimos en vertederos de esa energía contaminada, con falta de inspiración, desmotivación, depresión, tristeza, apatía y quién sabe cuántos sentimientos negativos más inundan nuestro ser a tal punto que nos volvemos personas tóxicas y esta actitud se contagia y multiplica; sin embargo, la grandeza de una mujer líder positiva y con propósitos claros, tanto personales como profesionales, deber ser como la de un purificador para su entorno.
Muchas veces podemos escuchar las voces diciendo: “Esto no es vida, estoy agotada”, “Me siento frustrada, desanimada”, “No puedo cambiar las cosas”, “Estoy muy estresada, todo es urgente”, “Mi cónyuge no me comprende y mis hijos no me escuchan ni me obedecen, en casa no estoy mejor que en el trabajo”, “No gano lo suficiente para salir para llegar a fin de mes, me veo incapaz de salir adelante”. Este es el mensaje de personas en el trabajo y en el hogar, de millones de padres, trabajadores, directivos, profesionales, ejecutivos de todo el mundo que luchan por salir adelante en la nueva realidad. La gente se enfrenta a la expectativa de producir más a cambio de menos, pero simplemente no se les permite hacer uso de una parte importante de su talento e inteligencia.
Como líderes inspiradoras y transformadoras, está en nuestras manos ser como purificadores, un filtro, sí, para limpiar el ambiente, la mente y sentimientos de esas personas que, no es que sean tóxicas porque quieran serlo o sean felices siéndolo, son así porque aún no han encontrado su verdadero propósito en la vida o requieren una líder, amiga o un coach que les ayude a desintoxicar sus emociones, pensamientos y actitudes.
A pesar de todos los avances tecnológicos, hoy por hoy la mayoría de las personas tóxicas no se desarrollan o no se sienten entusiasmadas, no saben con claridad hacia dónde deben dirigirse; sobre todo no creen que ellas puedan cambiar esa peculiar y negativa forma de ser, y aquí surge la interrogante ¿cómo ayudarlas?
La respuesta es sencilla, basándonos en el amor generoso y empático con el cual impulsemos el desarrollo de sus cuatro inteligencias fundamentadas en el esquema de la persona completa: cuerpo, mente, corazón y espíritu.
Tenemos entornos tóxicos, sí, pero podemos purificarlos. Acceder a los niveles más elevados del talento y de la motivación del ser humano en esta nueva realidad que hoy exige un cambio radical de pensamiento: una mentalidad renovada, un conjunto nuevo de aptitudes, un panorama diferente; en pocas palabras, un nuevo hábito, recordemos que cuando la información y el saber están ligados a objetivos y principios dignos, se tiene sabiduría para trasformar cualquier entorno, relación o persona tóxica.
Nuestro principal desafío en el mundo de hoy es hallar nuestra voz e inspirar a los demás para que hallen la suya.
Deja una respuesta