Solas somos invisibles, pero juntas nos hacemos invencibles, podemos y debemos apoyarnos unas a la otras sin importar fronteras.
Estamos culminando el mes de julio y sin duda algunas metas que nos planteamos en diciembre 2019 y que con mucha emoción, pasión, disciplina, creatividad y compromiso empezamos a trabajar a partir de enero de este 2020, tuvimos que cambiarlas recién terminaba el primer trimestre del año… ¡llegó el Covid a todo el mundo! Y con ello teníamos dos opciones: deprimirnos y lamentarnos o replantearnos el camino siendo creativas, innovadoras y disruptivas.
En mi caso, dentro de las actividades como Directora de www.revistamujerdenegocios.com visualizaba un buen año, lleno de actividades, había planificado continuar capacitaciones presenciales con mujeres, hacer el lanzamiento de mi primer libro, pero ¡ohohoh maravilla, ya no más reuniones presenciales! ¿Y ahora qué haré? Sencillo, usar la tecnología y potencializar los años de experiencia, los contactos y enfocarme con pasión y dedicación en hacer cosas diferentes que no había contemplado, pero más importante aún, pasar de la adversidad a la posibilidad y retomar el vivir con propósito. Una vida con significado logra superar las adversidades con mayor éxito.
Porque nacemos para crecer, aprender, vivir, enseñar y morir, porque cada una es arquitecta de su propio destino, tú misma decides qué haces de tu vida: un edén de paz, tranquilidad, sabiduría, amor, felicidad, o una batalla sin fin, donde lo único que podrías atraer son problemas, discusiones e intranquilidad.
Así, con ese objetivo en mente y paz interior se han venido replanteando las acciones a ejecutar para continuar mi misión de vida, apoyar en la transformación a muchas otras mujeres, porque si eres luz, puedes iluminar la vida de las personas a tu alrededor. Si estás clara en tu propósito, significado y misión de vida, seguro tu luz es intensa y da para muchas personas que aún se sienten en las sombras.
He abrazado la incertidumbre con fe y certeza de que estoy preparada para superar cualquier reto; con esa misma fe he replanteado las acciones y objetivos para cumplir mi propósito de vida y he de decir que los he logrado, por eso te comparto lo que me ha resultado.
1. Retomar tu enfoque, tu propósito de vida. Cuando lo tienes muy claro y bien establecido te permite enfocar tus energías en lograr aquello que deseas, evitando distraerte en cosas que quizás no valen la pena.
2. A pesar de las circunstancias y el entorno global, debemos medir el progreso. Al tener bien clarificada una meta estableces indicadores que te permiten medir tu progreso, facilitando tu desempeño.
3. Mantenerte motivada, inspirada. Estos son elementos muy importantes en la vida de todas las personas y depende del trabajo interior que realices en ti misma, cada día, con la misma disciplina para tu rutina de ejercicios, así debes seguir la ruta para mantenerte motivada e inspirada, es una decisión.
4. Promueve tu cambio interno. Para lograr tu propósito se requiere de movimiento y todo movimiento implica un cambio, la única manera de generar cambios es establecer metas y accionar para alcanzarlas.
5. Mantente en tu zona de expansión. No existe manera de hacer realidad tu propósito manteniéndote en tu zona de confort, si realmente deseas trascender y dejar una huella de impacto positivo en tu entorno debes entrar en la zona de expansión.
En estos cuatro meses de retiro obligado he logrado conversaciones que antes no había visualizado, ni siquiera soñado… Conversar en vivo con el maestro Jorge Bucay, con una mujer inspiradora como Bárbara Palacios o el recibir una invitación para escribir en Ladrona de Frases, publicar mi primer libro en Amazon, me ha demostrado que todo es posible, siempre y cuando lo pongamos en nuestra ruta de acciones, podrán ser sueños, pero si creemos y trabajamos en ellos con determinación podremos hacer realidad todo lo que llega a nuestra mente.
Me despido diciéndote, solas invisibles, pero juntas invencibles, podemos y debemos apoyarnos unas a la otras sin importar fronteras. Nacimos con la capacidad de hacer realidad nuestro propósito de vida.
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