10 formas diferentes de repensar el segundo semestre

Inicia el segundo semestre ¿y dónde quedaron nuestros propósitos? ¿Qué lecciones han aprendido? ¿Qué cosas reprogramaron y qué otras les ha generado una mayor oportunidad?

Hemos recorrido la mitad del año en una turbulencia de emociones que, como es entendible, en las circunstancias que estamos viviendo estén en el tintero muchos planes que nos planteamos al inicio de este 2020 y se quedaron a media ejecución y quizás esto nos genera algunas frustraciones.

Cuando me pidió Marly que escribiera sobre este tema, empecé a hacer un pequeño decálogo más que nada enfocado en lo profesional, pero me di cuenta que era solo mi punto de vista y que hacía falta enriquecerlo con la experiencia de más mujeres que les ha tocado batallar con muchísimas cosas nuevas, como el quedarse sin empleo o pasar al home office; ser maestras de sus hijos, convivir más tiempo con sus familias, encontrar espacios personales para compartir en familia, la amistad, etc.

Así que les mandé un mensajito a distintos grupos de amigas en diferentes países y me encantó todo lo que leí y compartieron. Todas, sin excepción, me contaron el lado positivo y eso es absolutamente valioso para un contexto tan negativo en el que todos los países, sin excepción, estamos inmersos.

Ese ejercicio de sentarse a escribir aunque sea dos palabras (aunque cuando procesé mensajes de audio y escritos eran más de 20 páginas de Word) quizás abre un poco más la mente a pensar y reflexionar. Aquí un pequeño compilado de las respuestas a las preguntas: ¿Qué lecciones han aprendido? ¿Qué cosas reprogramaron y qué otras les ha generado una mayor oportunidad? Convivir con la incertidumbre. La cocina casera como una terapia y perfección de técnicas culinarias que algunas ya tenían y otras desarrollaron. El diálogo con sus parejas e hijos se fortaleció y conocieron del trabajo de cada uno y entendieron un poco mejor sus funciones y roles en las empresas. Definieron tareas del hogar con sus hijos y en algunos casos, como dijo Bea, ¡ya están preparados hasta para vivir solos! La lectura, maestrías, estudios que estaban inconclusos fueron retomados en su mayoría. El ejercicio y una vida más saludable también fue frecuente en las respuestas. Un aprendizaje en tres meses en forma colectiva que seguramente en forma individual nos hubiera llevado años. La tecnología como una aliada inseparable para desarrollarse mejor en todos los aspectos. Ser más creativas y pacientes. Emprender con orden. Ser menos exigentes con nosotras mismas y por ende, con nuestro entorno. Hablar más con familia y amigos, valorarlo porque ahora es tiempo reducido o por medio de herramientas tecnológicas. El valor de lo simple y las pequeñas cosas que nos hacen feliz son mucho menos costosas de lo que imaginábamos. Se pospusieron viajes, remodelaciones o cambios de casa. Disfrutar a los papás mientras están en esta tierra con nosotros fue también un gran recurrente.

¿Y yo? ¿Qué he aprendido, además de todo lo que mis amigas compartieron?

1. Los planes son una guía y un mapa de ruta a seguir, pero si en el camino se presentan dificultades es bueno reprogramar la ruta y no darnos por vencidas.

2. Siempre hay que tener plan B, C, D, E … y Z. No debemos ser rígidos y aprender que hay muchos colores además del blanco y negro, que las diferentes escalas de colores nos pueden mostrar un arcoíris después de la tormenta.

3. Aprender y desaprender es un proceso permanente; todo lo que hemos estudiado por años queda obsoleto de un día para otro y debemos tener la tenacidad para desacelerar esos viejos aprendizajes para poner con todo el motor en los nuevos.

4. Somos más eficientes que antes: ahora sí revisamos cada costo, cada inversión por mínima que sea y hasta nos ha permitido tener en algunos casos, un mejor uso de nuestra economía y planificación de nuestras finanzas empresariales y personales.

5. El trabajo es un bien y en esta época, escaso, pero la actitud para desarrollarse, re inventarse y poder innovar es un bien mayor que no siempre había sido tan valorado.

6. Podemos tener nuevos retos, nuevos sueños, nuevas metas, saber qué está bien cambiar y que no es nada malo replantear.

7. Estar muy atentas a las necesidades del mercado para adaptar nuestros servicios profesionales o nuestros productos a esta nueva realidad.

8. Sentirse “bajoneada” es natural, pero tampoco debería ser un estado cómodo y que nos adormezca las expectativas, las ganas y nos deje en la mitad del camino porque tendremos un doble trabajo: salir adelante de una depresión y también re inventarnos al terminar el proceso.

9. Mantenerse informadas de las tendencias sobre el giro del negocio o del servicio que se presta, pero no hacer copy-paste de la competencia porque entonces pierden valor el esfuerzo y el trabajo.

10. Ser optimista, confiar y creer, pero sobre todo, hacer y ser. No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista; no vivir en el drama ajeno, ni propio, caerse está bien, pero levantarse y sacudirse para seguir está mucho mejor!!

Todas estamos pasando momentos difíciles, tensos, de incertidumbre, pero no se permitan nublar los pensamientos, ejerciten a diario porque mantener cuerpo y mente bajo control ayudará mucho a pasar esta etapa. Y lo más importante de mi aprendizaje… …Esto también pasará.