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Cuando la tóxica soy yo

Cuando la tóxica soy yo

La toxicidad es un tema como de dominio popular, pero ¿qué significa realmente? Se resume en una situación poco saludable, dañina o hasta enfermiza para el alma.

La experimenté en mi relación con las amistades. Por lo general, las demás personas me percibían como alguien muy social y amigable, y sí, me gusta mucho mostrarme amiga, sin embargo cuando encontraba una amistad real y genuina, con quien pudiera ser vulnerable y transparente primero entraba en un ambiente donde me sentía cómoda, amada, pero después empezaba un círculo de posesión. De cierta forma creía que esa amistad me “pertenecía” y entraba en un estado de egoísmo porque no me gustaba compartir mis amistades y se los comunicaba.

Se los ejemplifico. En una ocasión estaba en un lugar público con una amiga a la que llamaré Martita. Mientras comíamos y la pasábamos muy bien, ella se encontró con otra amiga, quien efusivamente la abrazó y la validó. Por dentro sentí que la otra persona me había quitado algo que era mío. Cuando regresó a la mesa donde estábamos le pregunté “¿por qué te abrazó?” y ella entre risas me dijo “¡Sos una celosa!”

Esa pequeña respuesta me hizo reflexionar, caí en la cuenta que mi actitud estaba mal y mis intenciones eran muy egoístas. Me lo tomé muy en serio y me fui a escudriñar mi corazón, no fue fácil admitir que había algo que no había sanado, que no me dejaba crecer y hacía que me encasillara en una amistad -hasta cierto punto aferrarme a ella-, y vivir tan pendiente de ella me hizo perder la oportunidad de extender mi círculo de amigos, conocer a más personas, más historias, más risas y crear buenos ambientes.

A lo que quiero llegar es que muchas veces podemos caer en esta toxicidad, pero es necesario hacernos responsables de nuestras acciones, buscar ayuda o contarle a alguien que nos pueda ayudar. No está mal que pasemos por este tipo de situaciones, lo que sí está mal es que no lo reconozcamos y nos encerremos en que siempre tenemos la razón. Debemos entender de dónde viene esa manía tan dañina.

He escuchado que se refieren a nosotras como “las mujeres son envidiosas entre ellas”, “mucho se juzgan”, “mucho se celan y son tóxicas”, entre otras cosas. Sé que no es así, existen mujeres que se apoyan, divierten, disfrutan el tiempo juntas, se alegran una de la otra, se cuidan, son vulnerables, se ven con amor, son honestas, inclusivas, no se critican sino solucionan, envejecen juntas y crecen saludables. Así que te invito a escudriñar tu corazón, a cuestionarte porqué haces lo que haces, para quién lo haces, a tener una actitud dispuesta y humilde para afrontar las situaciones y sobre todo poner de tu parte para cambiar esos vicios tóxicos y empezar a crear amistades que sumen y te hagan crecer, a mostrarte amiga y ser honesta, a reconocer que no siempre somos las víctimas sino que podemos hacer algo por las personas que nos rodean, a ser diferente, a ser mujer.

Sobre todas las cosas amo a Dios, en Él se centra mi vida, me gusta el arte, me disfruto el tiempo de calidad, me encanta reír y hacer amigos. Creo mucho en esta generación y que todo tiene un propósito. ¡Amo los elotes asados y las granizadas!

Grace Salazar – who has written posts on Ladrona de frases.


Grace Salazar
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