Lo que comemos refleja nuestro estado de ánimo. Comemos en respuesta a nuestras emociones y otras veces lo que comemos nos lleva a experimentar ciertas emociones como alegría, tristeza, enojo, tranquilidad, etc.”.
Lo que comemos refleja nuestro estado de ánimo. Comemos en respuesta a nuestras emociones y otras veces lo que comemos nos lleva a experimentar ciertas emociones como alegría, tristeza, enojo, tranquilidad, etc.
La alimentación refleja lo que pasa en el alma, según indican algunos autores, este comportamiento podría ser una manera de compensar afecto o llenar un vacío en el alma. Ante la depresión o ansiedad algunas personas consumen dulces, chucherías, helados o alimentos fritos; otras en cambio, no manifiestan deseos de comer. Dejar de comer también se puede interpretar como una manera de castigar al cuerpo y reprimir las emociones.
Estudios recientes sugieren que hay componentes en los alimentos que regulan el estado de ánimo y previenen la depresión, tal es el caso del triptófano, un aminoácido que estimula la secreción de serotonina que nos ayuda a reducir la ansiedad, trastornos alimentarios y comportamientos obsesivos, además genera una sensación de bienestar, felicidad y estado de ánimo positivo. A los alimentos que lo contienen se les considera antidepresivos naturales; entre estos se encuentra la leche, en especial cuando se toma caliente, pavo, pollo, ciruelas, brócoli, nueces, espinaca, acelga, zanahoria, plátano, huevos, legumbres, cereales, pescado. Afortunadamente el chocolate negro también está en esta lista, pues contiene flavonoides y antioxidantes potentes, principalmente feniletilamina, que produce un efecto estimulante en el cerebro, esa misma sensación de bienestar que se siente cuando se hace ejercicio o se está enamorado, pero ojo, debe ser chocolate negro con más de 65% de cacao.
En el otro sentido, el de comer para encontrar el equilibrio emocional, conlleva consecuencias negativas a la salud y mayor desbalance emocional. Sentarnos a comer grandes cantidades de alimentos azucarados o grasosos para aliviar nuestros estados de ánimo nos calma temporalmente, pero a largo plazo la situación empeorará, pues ese efecto de alivio desaparece y nos trae como consecuencia aumento de peso o alteraciones metabólicas. Esto es lo que se denomina como hambre emocional y está representada por una sensación de necesidad repentina de comer ciertos alimentos ligada a un estado de ánimo particular.
Examínate
Observa si cuando estás triste o ansiosa te inclinas por ciertos alimentos principalmente energéticos o con alta cantidad de grasa, sal o azúcar. No me refiero a algo ocasional, sino a un patrón recurrente en determinadas temporadas de tu vida. Si esta conducta predomina, hay que actuar. En primer lugar, identifica correctamente las emociones que nos llevan a comer y prepararnos para sustituir los alimentos poco saludables por aquellos saludables. Los batidos de frutas congeladas, preparados con yogurt (con leche descremada o bebida de almendra) contribuyen a disminuir la ansiedad por su contenido de tríptofano y antioxidantes.
Comer siempre debe ser un acto consciente, inteligente y bien pensado, pero además placentero. Incluyamos más de algún alimento que nos proporcione esa sensación de bienestar, como el chocolate o alimentos crocantes como los nachos, poporopos naturales, nueces o almendras. Si estás en la tentación de comer algo poco saludable, combínalo con uno saludable, reduce el tamaño de la porción mientras te preparas para eliminarlo de tu dieta.
¡Gánale a la depresión! Invierte los papeles consumiendo una dieta variada y balanceada que incluya lácteos, carnes o sustitutos, cereales integrales y agua, además frutas y verduras de muchos colores, esa es la propuesta del plato saludable de la Universidad de Harvard, que según sus investigaciones, aporta los nutrientes que el cuerpo necesita y la cantidad justa de calorías. Por último, nutre tu cerebro con mensajes positivos y afecto, que contribuyen a regular el metabolismo gracias al estímulo de neurotransmisores.
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Agradecida con Dios por el don de la vida, la salud, la oportunidad de hacer lo que nos gusta. Me apasiona mi carrera, cocinar, hacer ejercicio, leer, aprender cosas nuevas, innovar. Amo y valoro mucho a mi esposo e hijos, que son el regalo más grande, mis padres, hermanos y amigas que son además mis mejores maestros de vida.
Nutricionista por vocación y promotora de estilos de vida saludables por convicción.
Lorena López Donado – who has written 4 posts on Ladrona de frases.
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