¡Cuando pienses esta estría me hace única o esta cicatriz me recuerda que soy mamá, estás expresando tu amor propio, el primer paso para alcanzar tus metas!

Es común que enero pienses comienzo la dieta, voy a hacer ejercicio, retomaré esos hábitos saludables, ¡hoy sí nadie puede, ni podrá conmigo! Pero en el camino pierdes de vista estas metas.

Personalmente, hace mucho que dejé de pensar en enero retomo, no pasa nada si nos salimos un poco de la rutina de una alimentación saludable que llevamos o que queremos llevar, creo que es ahí donde muchas nos confundimos, es desde ese pensamiento donde creemos que para ser saludables tenemos que comer bien todo el tiempo, comida aburrida y sin sabor, pero les cuento que no es así.

En primer lugar, es importante definir el principal motivo por el que vamos a cuidarnos o a someternos al camino que nos acerque a la meta de tener ese cuerpazo que queremos, bajar esas libras o subirlas. Tenemos que pensar que esto no es por nadie más que por nosotras mismas. Creo que una de las principales razones por las cuales una persona no alcanza sus metas es porque piensa demasiado en lo que los demás están esperando de ella y jamás se pone a sí misma primero.

Las mujeres somos más juzgonas entre nosotras, encontramos hasta los más pequeños defectos y pocas veces logramos aplaudirnos por los pequeños logros que alcanzamos cada día. Esto tiene que parar, no debemos ser así, qué lindo es cuando nos vemos al espejo y pensamos esta estría me hace más mujer, esta marca es un recuerdo de guerra que no me hace menos bonita, no me hace “gorda” ni “fea”.

El segundo punto a tomar en consideración cuando estás ante la resolución de tener un mejor cuerpo es que no te dejes engañar por lo que ves en las redes sociales, recuerda, todo lleva un proceso, somos únicas e irrepetibles. Estoy convencida de que la belleza está en los ojos de quien la aprecia. A veces pensamos que solamente las mujeres de las revistas y las artistas son perfectas y no tienen marcas, no tienen celulitis ni estrías, pero no es así, ellas son tan mujeres y humanas como todas. Aprendamos a querer cada marca que tenemos porque eso nos hace únicas.

Tercero, te invito a que te ames con tanto fervor que las demás se contagien de eso que tú haces y ellas pueden comenzar a hacer lo mismo. Puedo decirte, mi relación conmigo misma mejoró en el momento que le pedí a una persona muy especial que me ayudara a amarme más cada día, a valorar lo que tengo, lo que soy y lo que no soy, que me ayudara a discernir entre lo que es real y no lo es. Mi mejor ayuda la recibo de Dios, si Él me ama tanto con todo y mis imperfecciones, con esas libras de más o de menos, ¿por qué yo no lo haría? Ahí comprendí que la razón por la que yo me cuido –mi salud y mi cuerpo­– es una manera de cumplir con el cuidado del “templo del Espíritu Santo”, nuestro cuerpo es prestado y creo que cuando nos prestan algo no queremos entregarlo desgastado, destrozado o roto, al contrario asumimos la responsabilidad de regresarlo en perfecto estado. ¡Cuídate todos los días, pero hazlo por ti, por ese amor que tienes hacia tu persona y verás cómo se quita cierta carga y se convierte en un estilo de vida que te contagia cada vez mas!

Cuarto, nunca pierdas de vista que siempre alguien que se siente motivada por ti, qué mejor que lograr esos cambios y pensar que puedes impulsar a alguien a que se ame tanto como Dios nos ama. En verdad ¡todo reside en el amor propio!

Finalmente te digo, ama el proceso, no corras, todo es poco a poco, las cosas que llevan su sacrificio son las que el día de mañana más disfrutarás porque sabes lo que te costó llegar ahí. Así que no quieras comerte el mundo de un solo, ve paso a paso, verás cómo las cosas cambian.