¿Sabías que 75% de nuestros diálogos internos son negativos?
No hay una fórmula para hacer uso de esas palabras mágicas, pero tan difíciles, es como encontrar el antídoto para revertir el hechizo en la película “Brave”, que si pudiera resumir el proceso al que te enfrentas y me enfrento al perdonar es eso: un acto de valentía.
Si la ofensa, injusticias, malentendidos, relaciones rotas y palabras hirientes a nosotras mismas se construyen (o destruyen) un ladrillo a la vez, qué nos hace pensar que el perdón es como esas palabras mágicas y nunca más volverás a sentir ¡Qué bueno fuera!
Muchas veces en mi vida me he sentido Mérida, en un camino tan largo para encontrar la fórmula mágica (en nuestro caso del perdón), pero el trayecto sirve para una sola cosa: volverte a encontrar. ¿Qué les parece si sumamos a nuestra valentía -porque sí la tenemos- con este acrónimo?
Periodicidad. El perdón es un acto heroico diario, sí diario. Porque pensamientos o actitudes te recordarán un mal momento, pero tu actitud valiente lo podrá afrontará un día a la vez.
Enfréntate a tus pensamientos. El psicólogo Dr. Shad Helmstetter, dice que los adultos tenemos el 75% de diálogos internos negativos. Entonces, ¿qué nos hace pensar que somos capaces de hablar con otros, sino sostenemos diálogos internos saludables? Empieza por ti.
Rodéate de personas que sumen a tu vida. Cuando escuchas a otros sus vivencias, desafíos y demás; puede que el panorama y tu mente se aclaren.
Dialoga con alguien. No precisas siempre un consejo, muchas veces tú ya sabes qué hacer; pero algo pasa al exteriorizarlo que nos da diferentes ángulos de una situación. Incluye esa conversación honesta, vulnerable y sin filtros que sólo puedes tener con Dios.
Objetivo claro y realista. Figúrate que te prometas a ti misma que nunca más vas a fallar, ¿sería realista? Claro que no, te fallarías conscientemente, mejor traza un objetivo claro y realista. Por ejemplo, disfrutaré ser yo, con defectos y cualidades. Lo mismo pasa con las relaciones interpersonales, si sabes que es tóxico, sería poco realista seguir allí, pero muy objetivo perdonar la ofensa.
No vuelvas atrás. Considero que el mayor reto está después de decir “me perdono”, “te perdono” ¿Cómo te sentiste la última vez que pasaste por ese reto? Dirías palabras como: liberada, feliz, con menos peso, emocionalmente establece y ¡sí! Celebro contigo todas esas magníficas palabras, sólo permíteme recordarte: ¡no vuelvas atrás! El dolor, frustración, enojo, malas decisiones, desilusión y demás negatividad que pasaste, quedó en el pasado.
Enfócate en lo que está por venir, eso hará de ti una persona con inteligencia emocional, genuina, libre, con reducción de estrés, sensación de alivio y sobre todo tu vida pintará mucho mejor. ¡El perdón es un acto de valentía!
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