Confiar en tus capacidades, logros y talentos es la mejor herramienta que te permite desnudar el síndrome de la impostora.
Era una tarde lluviosa de septiembre en Costa Rica, de esas que parecen invitar a descansar. Habíamos pasado la mañana en la playa, con el sol radiante que tanto se disfruta junto al mar. Mis hijos, ya algo agotados después de tanto jugar, decidieron descansar y, justo en ese momento, mi esposo me preguntó: “¿Me vas a entrenar en el gimnasio del hotel?” Sin pensarlo mucho, le respondí con entusiasmo: “¡Claro que sí!” Y nos fuimos juntos, listos para entrenar.
Al llegar al gimnasio, vi a un señor muy capaz entrenando también a otra persona, y parecía que hacían un buen equipo. Inmediatamente miré a mi esposo con esa mirada que quizá él conoce, la que dice: “mejor nos vamos y regresamos cuando esté vacío”, pero él siguió decidido. Yo, sin opción, le dije: “vamos a entrenar”.
Tímidamente, nos colocamos en una esquina y comencé con la rutina de estiramientos que tenía para él. Quienes me conocen saben que no suelo hablar bajito, pero ese día mi voz era suave, casi inaudible. Poco a poco empezamos a trabajar en la programación que tenía en mente y, gracias a Dios, mi esposo empezó a sudar y hacer cara de dolor, lo cual es buena señal, porque por acá decimos en broma: “Si no duele, no sirve”.
El entrenamiento del coach que estaba a la par también avanzaba. Supimos que era su hija a quien entrenaba, y se quejaba queriendo terminar. Después de unos 45 minutos, concluimos la sesión de mi esposo y nos retiramos satisfechos para ir por los chicos a cenar.
Conoce qué es el síndrome de la impostora
En la cena, nos encontramos con el señor del gimnasio, y efectivamente era un coach de renombre. Por suerte, no lo supe antes porque jamás hubiese trabajado en el mismo lugar que él. Sin embargo, se acercó y me preguntó: “¿Eres coach?” Tardé en responder, porque, aunque tengo muchos títulos que respaldan mi respuesta, no había trabajado con tantos clientes como para sentirme merecedora del título. Finalmente, me atreví y le respondí que sí. Él me dijo: “Te felicito, es de las mejores rutinas que he visto que combinan estiramientos y ejercicios funcionales”, y agregó: “Por favor, no dejes de hacerlo porque se nota tu pasión.”
¿Qué es el síndrome de la impostora?
Y ahí, justo en ese momento, sentí lo que muchos conocemos como el síndrome del impostor. Ese sentimiento incómodo de no ser suficiente o de estar engañando a los demás, a pesar de tener evidencia de nuestras capacidades. ¿Te ha pasado alguna vez?
El síndrome de la impostora puede sabotear nuestro bienestar físico, mental, emocional y espiritual. Nos hace dudar de nuestras habilidades y nos desconecta de nuestro verdadero potencial. Aunque muchas personas lo experimentan, las mujeres solemos ser más vulnerables a este fenómeno. Factores como la autoexigencia, el perfeccionismo, las comparaciones constantes y el miedo al fracaso son algunos de los culpables.
Cómo superar el síndrome de la impostora
Si alguna vez has sentido esa incómoda voz interior que te hace dudar de tu valía, quiero que sepas que no estás sola. Al recibir ese elogio inesperado, decidí confiar en mí misma. Le dije a esa impostora interna que no tiene lugar en mis logros, que no estoy aquí por suerte, sino porque me he esforzado, he estudiado y sigo aprendiendo, incluso frente a mis propios miedos. Trabajar en mi autoestima y salud mental ha sido clave para ganar esta batalla.Por eso, quiero compartir mi experiencia contigo. Quiero que tú también sueltes ese sentimiento de impostora y te desempeñes con confianza en todo lo que hagas. Porque eres capaz, única, valiosa y, sobre todo, merecedora de todo lo que has logrado.
Comments (5)
Andreasays:
noviembre 4, 2024 at 9:58 amMe encantó cómo abordas el tema desde una perspectiva tan honesta y alentadora. Gracias por compartir esta reflexión tan genuina. ¡Motivador y valioso!
Ivanniasays:
noviembre 4, 2024 at 2:27 pmFelicidades Su muy cierto lo que dices creo que muchas mujeres pasamos por esa área en nuestra vida
Sigue adelante pues todo tu ser está para más, siempre luchando estudiando y dando lo mejor de ti a los demás Bendiciones
Karla Sánchezsays:
noviembre 4, 2024 at 6:04 pmMe encanto este Post Susan definitivamente algo que he pasado y creo es más común de lo que creemos, como mujeres nos cuesta mucho creer que somos capaces, que tenemos dones y talentos y muchas veces boicoteamos lo que Dios nos a dado, llenando nuestra mentes de vergüenza, de no creer que lo que podemos aportar tenga un valor significativo, debemos acabar con estos pensamientos, somos eso que Dios creo con esmero, amor y que me hace única, especial y diferente, nos encanta ver y admirar a los demás, pero nos menospreciamos en nuestros logros, nuestras habilidades y nuestro conocimiento, creo que este tipo de Post nos incentiva a crear conciencia para mejorar nuestra forma de pensar y de sentirnos muchas veces … Gracias por tu aporte, trataré de ponerlo en práctica en mi vida y la de mis hijas.
Bendiciones
Adriana Ortizsays:
noviembre 8, 2024 at 8:24 amExc, gracias por compartir tus experiencias y conocimientos. Una lectura enriquecedora y muy cautivadora.
Sigue edificando nuestras vidas!!!
Adriana Ortizsays:
noviembre 8, 2024 at 8:35 amPalabras enriquecedoras y una lectura que edifica y deja con ganas de leer más. Gracias por compartir tus conocimientos y tus experiencias de vida.