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Las 8 despedidas más difíciles de mi vida: mi experiencia como familia temporal en Guatemala

Imagínate tener cinco niños en casa: dos adolescentes de 15 y 11 años, dos pequeños de 7 y 6 años, y un bebé que se despierta cada noche. Preparar el desayuno cada mañana, escuchar distintas versiones de lo que pasó durante el día y tener que explicar varias veces por qué es importante lavarse los dientes. Ahora imagínate que siete de esos niños no llegaron a tu vida por casualidad, sino porque un juzgado tuvo que tomar una decisión difícil: quitarlos de su familia y entregarlos temporalmente a una familia de acogimiento para protegerlos.

El momento que cambió nuestra vida

Soy Ginneth, colombiana de nacimiento y guatemalteca de corazón. Durante los últimos años he descubierto que el amor no tiene límites cuando se trata de abrir tu hogar a niños que necesitan sentirse seguros. Como madre de 12 hijos, he aprendido que cada despedida duele, pero cada abrazo sana no solo a ellos, sino también a nosotros.

Todo comenzó en 2016, cuando escuché una frase que se clavó en mi corazón: “Después de Dios, lo más importante son las personas”. Esas palabras resonaron tan profundamente en mí que supe que mi vida tenía que reflejar esa verdad.

Como madre de tres hijos biológicos —Kami, Manu y Sam— y habiendo perdido dos angelitos que ahora están en el cielo, entendí que educar a mis hijos en el amor a Dios no bastaba solo con palabras. Tenía que mostrarles con acciones que el amor verdadero se extiende más allá de nuestro círculo familiar.

Descubriendo las familias de acogida temporal en Guatemala

Después de varios años de buscar la manera de servir, y atravesando momentos difíciles como la pérdida de mis bebés y la pandemia, en 2021 Dios puso en mi camino algo que cambiaría nuestras vidas para siempre: las familias de acogida temporal.

Si nunca has escuchado este término, no te preocupes. En Guatemala es muy poco conocido, pero es una modalidad hermosa de protección infantil. Las familias de acogida temporal son hogares que abren sus puertas y corazones a niños en situación de vulnerabilidad, mientras se resuelve su situación legal. Estos pequeños pueden ser reintegrados con sus familias biológicas, con familia extendida o encontrar una familia adoptiva permanente.

Nuestra experiencia como familia de acogida

Hasta hoy, hemos tenido la bendición de ser padres de corazón de siete niños más, además de nuestros tres hijos biológicos. Seis de estos pequeños ya han regresado con sus familias, y actualmente cuidamos a un niño lleno de energía e inteligencia que ilumina nuestros días.

Cada uno de estos niños ha dejado una huella imborrable en nuestros corazones. Nos han enseñado sobre el amor incondicional, el perdón, la resiliencia y la esperanza. Han llenado nuestra casa de risas, travesuras y momentos únicos que atesoramos para siempre.

También puedes leer: Abriendo las puertas del corazón llamado a acogimiento familiar

La parte más difícil: las despedidas

No voy a mentirte: las despedidas han sido una de las partes más desafiantes de este camino. Cuando llega el momento de que un niño regrese con su familia, el corazón se parte en mil pedazos. Pero hemos aprendido que nuestra misión con cada uno de ellos se completa cuando pueden volver a casa, y que Dios seguirá escribiendo historias hermosas en sus vidas.

Quiero invitarte a que también te sumes a esta causa. Los niños en situación de vulnerabilidad necesitan familias de acogida temporal en Guatemala; necesitan brazos que los abracen, manos que sequen sus lágrimas y voces que les digan que son amados.

Es fácil quejarse por la situación de niños maltratados, abandonados o abusados, pero las quejas no cambian realidades. Lo que sí las cambia es cuando decidimos ser parte de la solución.

¿Cómo puedes ayudar?

Si consideras que no puedes abrir tu hogar a un niño en este momento, hay muchas otras formas de contribuir:

  • Donando servicios profesionales (médicos, psicólogos, dentistas)
  • Aportando recursos (ropa, alimentos, útiles escolares, juguetes)
  • Difundiendo información sobre familias de acogida en Guatemala
  • Orando por estos pequeños y sus familias

Los niños son el futuro de Guatemala

La niñez es el futuro de nuestra sociedad, pero si no les enseñamos valores fundamentales como el amor, la paciencia y, sobre todo, que son dignos de ser amados, no estaremos formando a los hombres y mujeres que Guatemala necesita.

Esto se logra dándoles la oportunidad de estar en una familia donde pueden ver cómo se ama y cómo se cuida, se perdona y se restaura. Son niños que llegan con traumas en sus corazones; otros con síndrome de abandono porque fueron dejados por sus madres al nacer. Ellos deben saber que están en un lugar seguro.

Cada uno de nosotros puede transformar la vida de un pequeño. Los niños son semillas que Dios ha puesto en nuestras manos, y estoy convencida de que lograrán grandes cosas si les damos la oportunidad.

Un corazón abierto al servicio

Soy hija de Dios, restaurada por Su gracia. Como esposa y madre, estos roles me han enseñado cada día el verdadero significado del amor y la entrega. En mi trabajo como asesora de seguros descubrí que proteger también es una forma de servir, pero fue en las familias de acogida donde encontré mi propósito más profundo: amar, cuidar y restaurar corazones.

Si después de leer esta historia sientes que Dios está tocando tu corazón para ser parte de este ministerio, o si simplemente quieres conocer más sobre cómo ayudar, contáctanos. Tu apoyo puede ser la respuesta a la oración de un niño que necesita sentirse amado.

Soy hija de Dios, amada y restaurada por Su gracia. Esposa y mamá, roles que me enseñan cada día el verdadero significado del amor y la entrega. Como asesora de seguros, descubrí que proteger también es una forma de servir. Creo con todo mi corazón que Dios nos ha confiado un propósito eterno: el mío es amar, cuidar y restaurar corazones, recordando siempre que en Sus manos la vida encuentra sentido y esperanza.

Ginneth Molano de Elias – who has written posts on Ladrona de frases.


Ginneth Molano de Elias

Soy hija de Dios, amada y restaurada por Su gracia. Esposa y mamá, roles que me enseñan cada día el verdadero significado del amor y la entrega. Como asesora de seguros, descubrí que proteger también es una forma de servir. Creo con todo mi corazón que Dios nos ha confiado un propósito eterno: el mío es amar, cuidar y restaurar corazones, recordando siempre que en Sus manos la vida encuentra sentido y esperanza.

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