A partir de los 40 años de edad llegan cambios que exigirán adaptación a las nuevas necesidades del cuerpo, de la familia, del intelecto y las emociones.

Debes saber que si tu pareja también llega a los 40 él también está ante una crisis: quiere vestirse diferente, ir más al gimnasio o cambiar su trabajo estable por un negocio propio. Aunque no nos enfocaremos en él, es bueno que consideres los cambios que se pueden presentar en la vida de tu compañero. 

Cuando se habla de los 40 años inmediatamente viene a la mente la crisis de la edad madura. ¿Madura? Según la Real Academia Española se es maduro cuando se ha alcanzado el grado de desarrollo adecuado o se está en su punto, en su mejor momento. Quisiera que tomemos esto como un cumplido, lo digo porque algunas personas toman esta edad como una etapa de decadencia. 

No es el inicio del fin, sino una temporada para disfrutar de muchos aspectos de nuestra vida, que exigirán adaptación a las nuevas necesidades de nuestro cuerpo, de la familia, del  intelecto y de nuestras emociones.

Al googlear los cambios propios de esta edad en la mujer, hay más de 204 millones de páginas para elegir, en las que explican qué es lo que pasa en tu cuerpo en esta década:

– 25% de las mujeres padecen de alopecia

– la probabilidad de tener un bebé de forma natural es inferior al 5%

– 85% enfrentará diferentes consecuencias asociadas a la premenopausia

– 30% sufriría sofocos o trastornos del sueño

– 25% puede padecer incontinencia urinaria

– 20% de mujeres se deprimen

– ante el descenso de la serotonina puede haber ansiedad, obsesión, irritabilidad, desasosiego, nerviosismo, cambios de humor, tristeza, aislamiento y baja autoestima.

Al entrar en la premenopausia nuestro cuerpo deja de segregar algunas hormonas, lo que altera varios procesos metabólicos y hace que sean más lentos. Los ovarios dejan de producir estrógenos y no maduran, esto genera un aumento de la sequedad cutánea, pérdida de masa muscular y aumento de flacidez cutánea, incremento de la sequedad en la zona sexual, síntomas de incontinencia urinaria, pérdida de calcio en los huesos, dificultad del hígado para transformar grasas, también crece el colesterol que puede derivar en problemas cardiovasculares, aumento de masa grasa, disminución de nivel basal, que dificulta adelgazar. 

Todo esto pinta un panorama poco alentador, pero el médico puede dar algunas recomendaciones prácticas para manejar todas estas alteraciones, así como la alimentación más conveniente, las vitaminas necesarias y un plan de ejercicios que podrá ayudar a disminuir algunos síntomas y prevenir enfermedades. Te sugiero leer libros y artículos relacionados con estos temas; hablar con las amigas y familia que conozcan al respecto o que hayan pasado por esta etapa. Y  muy importante, conversa con tu pareja e hijos para pedir su comprensión. Es necesario explicarles lo que te sucede, pues mucho escapa de tus manos; toma esto con sentido del humor.

Hace muchos años recibí un email muy gracioso y decía: “en la mediana edad todo te duele y si no te duele, es porque ya no sirve. La cintura suele ser un buen indicador de edad. Mientras más años, menos cintura. Amaneces con muchas ganas, pero ¿de qué? Quién sabe. Batallaste muchos años con tu melena, afortunadamente ya te quedan pocos pelos. Ahora que ya sabemos todas las respuestas, ya nadie nos pregunta. Todo aquello que la madre naturaleza te dio, el padre tiempo empieza a llevárselo. Mejor sonríe, apenas comienza el trayecto. ¿Qué cierto verdad?

Ahora te das cuenta que estás a la mitad de la vida; empiezas a sentirte insegura, en peligro, estancada llena de cuestionamientos sobre tu identidad y la de los demás. Si tienes hijos, un día te preguntas quién es ese señor que anda por la casa… ¡y zaz! Es tu adolescente o el mayor ya con barba. ¿Qué paso con tu niño? ¿Cómo? Ahora hasta te canta “mi novia se me está poniendo vieja” y hay una mezcla se sentimientos que te hacen poner resistencia a tanto cambio ¡hay mucho aún, nada de vieja! 

De repente sientes necesidad de ser reconocida, de autoevaluarte por metas y sueños pasados y presentes, te das cuenta que hay tiempo para cumplir algunos y otros habrá que abandonarlos para pulir nuevos; ves el entorno y tus amigas también están cambiando, te subes a un elevador y la música de fondo es la que escuchabas pocos años atrás! Ya es música de relax!

Hay otros cambios en tantos aspectos que solo queda recordarte que dentro de ti late un corazón de 40, que no está en crisis ¡está plenamente vivo y más consciente que nunca! Dispuesto a seguir conociéndose, deseoso de amar y ser amado. Deseo que tu corazón apunte hacia tu propia perfección y hacia el encuentro amoroso con lo más profundo de tu ser: tú.