No demos por sentado que los éxitos o logros se traducen en felicidad, aveces detrás de ellos brotan sentimientos de abatimiento, encogimiento u opresión que pueden llevar a una amiga, una hermana o una hija a interrumpir su vida”.
El año pasado estaba dándole un vistazo a las noticias en Facebook cuando una noticia me enganchó. ¡El suicidio de la diseñadora de modas Kate Spade! He pasado por esas tiendas y son lugares llamativos, llenos de color y detalles, así que me metí a buscar más información. Ella, era una mujer de apenas 55 años de edad, con una hija de solo 13 años, a quien le dedicó una nota de despedida, en la que expresaba su amor y la eximía de culpa…. ¡qué momento tan duro para la niña!
Dos días después se sumó otra noticia de la misma naturaleza, el suicidio del famosísimo chef Anthony Bourdain, que a sus 61 años adelantó su muerte.
Quizás parezca exagerado, pero aunque no conocí personalmente a estas grandes personalidades, la información dio vueltas y vueltas en mi cabeza, ¿cómo personas con tanto éxito, dinero y fama pueden tomar la decisión de quitarse la vida? ¿Cómo teniéndolo todo hay un vacío en el alma que los lleva a terminar su existencia? El chef tenía -desde este lado de la tele- el mejor trabajo del mundo, viajar para explorar las riquezas culinarias, quién no quiere que le paguen por eso si suena un trabajo fascinante ¿o no? Cómo una mujer que deja el periodismo para diseñar carteras divinas, crea su propia marca, se casa y tiene una familia, un día toma una bufanda para matarse en su propia casa. Acaso no estaban rodeados de amigos o familia que pudieron ayudarles… Lo escribo y todavía me hace corto circuito en la cabeza…
El éxito no aleja la depresión
No soy especialista en el tema, ni tengo autoridad para analizar estos casos, pero esto de andar robando frases aplica para todo y me llevó a aterrizar esta situación a mi entorno, es decir, en las personas que están a mi alrededor que se “ven” llenas de logros y éxitos, pero en el fondo y en silencio están deprimidas, llenas de dolor profundo, ira o frustración. Cuántas de mis amigas pasan la noche en vela o aquellas que subieron de peso o lo perdieron dramáticamente están desmotivadas, demasiado estresadas o tienen en su mente sentimientos autodestructivos…
También pensé en mis hijas, quién me dice que ellas son ajenas a esta realidad tan escalofriante y si viven todo esto en silencio cómo puedo ayudarlas, ante la falta de respuestas, mejor acudo a las especialistas y a quienes han vivido algo similar para que este espacio proponga conversaciones edificantes en materia de depresión.
Estoy segura que juntas podemos sembrar ese sentimiento de esperanza, capaz de ayudar a alguien a salir de esta opresión, encogimiento o abatimiento, que son los términos que definen la depresión, un diagnóstico psiquiátrico y psicológico que describe un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente.
Según encontré en una búsqueda rápida en la Internet, esta patología está relacionada a factores biológicos, genéticos y psicosociales, aunque hay elementos como el estrés psicosocial, mala alimentación, inactividad física, obesidad o tabaquismo que aumentan el riesgo de padecerla, Además hay que agregar que puede comenzar a cualquier edad y que las mujeres somos más vulnerables a desarrollarla, especialmente después de dar a luz.
Este mes pongámonos serias para que nadie que esté cerca de nosotras tenga que tomar la decisión de acabar con su vida, seamos promotoras de vernos con ojos de misericordia para que podamos ser un instrumento de apoyo. Dejemos la crítica y la actitud condenatoria, de corazón inspiremos confianza para que esa persona que está viviendo detrás de las paredes de la depresión se sienta en libertad de expresar sus emociones y ahí empiece el camino para buscar ayuda, desahogar sus penas y empezar a ver una luz de esperanza. Especialmente si ha pasado por un divorcio, una pérdida humana o de trabajo, algo que haya alterado radicalmente su vida… Abramos el corazón para ellas, ya sabemos que todas estamos en ese proceso de reinventarnos y para salir adelante.
Comments (2)
Claudia Avila de Pivaralsays:
abril 1, 2019 at 8:30 amHay un estigma al respecto, y por ello no se habla de la depresión. No es un tema “socialmente” popular, pues la falta de conocimiento hace que se juzgue a las personas que padecen esta enfermedad. Sin embargo, el apoyo y la comprensión familiar, profesional, y espiritual pueden hacer una gran diferencia.
Gracias por abrir una puerta para compartir sobre este tema 🙂
María Elenasays:
abril 1, 2019 at 9:27 pmConfiemos en Dios y luego conversemos con alguien con quien nos identificamos más .pero por experiencia les digo que refugiarnos en Dios y pedirle que nos dé fortaleza nos ayudará muchisimo