
El agradecimiento no es solo una palabra, es una herramienta poderosa que transforma nuestra perspectiva, fortalece nuestra fe y abre camino a la sanidad. Esta es la historia de cómo el agradecimiento me llevó de la lucha a la victoria.
Hace unos meses, abrí mi corazón y rompí el silencio sobre lo que estaba viviendo: mi vida giraba alrededor de hospitales, doctores, exámenes, laboratorios, quimioterapias y los efectos secundarios de los tratamientos. Sí, enfrentaba un diagnóstico de cáncer en dos partes de mi cuerpo: mama y pulmón. Era una carrera contra el tiempo.
Hoy, meses después, escribo estas líneas desde un lugar de esperanza: estoy a semanas de mi primera cita de control. Ahora vivo mi vida después del cáncer, y me siento profundamente agradecida. Recibí la noticia de que estoy limpia y que ambas lesiones han desaparecido.
El día que entendí el poder del agradecimiento
En medio de este proceso tan difícil, descubrí lo que realmente significa dar gracias. Hasta ese momento, la palabra gracias era solo un hábito automático, parte de los buenos modales. Sin embargo, no había experimentado el poder del agradecimiento hasta que comencé a despertar cada madrugada, exactamente a las tres de la mañana.
En algunas madrugadas, mientras mi mente giraba en espirales de pensamientos hasta que todo empezó a tomar sentido. Una noche abrí la puerta de mi casa, miré al cielo y sentí la inmensidad de la vida. Fue en ese momento cuando todo cambió. Regresé a mi cuarto, me puse de rodillas y tomé un pedazo de papel para escribir con el corazón: mi lista de agradecimientos:
- Gracias, Dios, porque estoy respirando y tengo vida.
- Gracias porque, contra todo pronóstico, me permitiste quedarme más tiempo junto a mis hijos.
- Gracias por los ángeles guardianes que enviaste: mis padres, amigos, doctores, enfermeras y grupos de apoyo.
- Gracias porque cada día fui testigo de un milagro, por la fortaleza que diste a mis hijos y porque nunca faltó comida en mi mesa.
- Gracias porque ahora puedo ser testimonio de fe y sanidad completa.
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Este momento de agradecimiento no solo me dio paz, también se convirtió en una responsabilidad. Decidí compartir mi historia para inspirar a otras, para contar cómo logré salir adelante, cómo seguí la guía de Dios y cómo me entregué a Su voluntad.
Conexión entre el agradecimiento, la fe y la sanidad
El agradecimiento no es solo una expresión de cortesía; es una herramienta que transforma nuestra fe y abre camino a la sanidad. Durante mi proceso, aprendí que un corazón agradecido puede sostenernos en los momentos más oscuros y ayudarnos a ver la luz.
Sé que este no es un espacio exclusivamente religioso, pero el poder del agradecimiento trasciende las creencias. Puedes dar gracias a Dios, al universo, a una fuerza superior o como lo concibas. Lo importante es reconocer las bendiciones que nos rodean.
Agradecimiento diario
Estamos a punto de cerrar un año más, y la cuenta regresiva ha comenzado. Te invito a hacer algo especial: escribe cada día por qué estás agradecida. No te fuerces, deja que el momento llegue naturalmente. Si despiertas de madrugada, toma papel y lápiz y escribe. Te sorprenderás de lo maravilloso que pasa en tu vida cada día.
Un corazón agradecido es un corazón en paz. El poder del agradecimiento no solo transforma nuestras circunstancias, también fortalece nuestra fe y nos da fuerza para seguir adelante.
Felices fiestas. ¡Abracen la vida y agradezcan siempre!
Comments (2)
Blanca Margarita Martinez Hernández Mart nezsays:
diciembre 18, 2024 at 2:38 pmQue palabras tan bonitas mi querida Lily , gracias a Dios estás bien
Lylisays:
diciembre 22, 2024 at 7:52 pmGracias a ti por tus palabras, por tus deseos y por leerme
Un abrazo enorme