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El resplandor de mi padre

Los rasgos hereditarios de nuestro progenitor nos acompañan para siempre y su función sella nuestro corazón. En la mayoría de casos, somos lo que tuvimos o nos hizo falta.

En el mes del padre, dedicaremos un espacio a esos hombres que dejaron huella en nuestra vida y simultáneamente reflexionaremos sobre el impacto de su paternidad en nuestra vida adulta.

Les propongo reconciliarnos con esa figura paterna y si hay algunos recuerdos amargos en nuestro corazón, dejarlos salir para que caminemos más livianas con nuestra pareja.

He tenido que someterme a ese proceso de conciliación con los recuerdos para enfocarme en las otras cualidades de mi papi, esas que por alguna temporada estuvieron en segundo plano.

¡Un vistazo al pasado!

Crecí lejos de la ciudad, en un pueblo rodeado de volcanes y el agua cristalina del lago de Atitlán. En aquel lugar todo pasa muy lento. Llegamos a ese paraíso terrenal por la docencia, mi padre fue maestro de profesión y vocación por años.

Me crié en un hogar disfuncional. Soy la hija mayor. Mi madre, con 10 años menos que mi padre, se dedicó a cuidarnos mientras él trabajaba en dos jornadas y algunos fines de semana se volvía invisible debido al alcohol. Nuestra convivencia familiar fue muy limitada. Pero esa debilidad me enseñó.

Tenía tanta necesidad de compartir con mi papá que no desperdicié el tiempo. Cuando él se ponía a leer sus periódicos o los ejemplares de Selecciones, yo aprovechaba para acurrucarme a su lado con otro ejemplar, al finalizar me preguntaba qué me había gustado de la lectura. Notó mi inclinación por la lectura y empezó a comprarme libros. El primero que me regaló fue Heidy, de Johanna Spyri. No saben cómo me lo disfruté.

En esta dinámica también aprendí sobre fútbol, tenis, béisbol, fórmula 1 y básquetbol. Él supo explicarme cada regla y todas las jugadas, mientras se nos acaban las temporadas y pasábamos a la siguiente disciplina me volví una fanática de los deportes. Aunque éramos antagonistas en la mayoría de los equipos, entablábamos buenas y acaloradas conversaciones defendiendo nuestros puntos de vista. Él siempre fue team Ayrton Senna y yo Alain Prost, él,  Andre Agassi y yo, Pete Sampras… Me enseñó a ver en el fútbol más que un movimiento de pelota, una estrategia y trabajo en equipo.

Nunca estudió periodismo, pero sacó a luz revistas que destacaban lo mejor de la cultura del pueblo. Lo vi cargar una cámara fotográfica por años y armar muchos álbumes con fotos de sus alumnos. Por años, nuestros cumpleaños empezaban con las mañanitas del Trío Los Panchos, colocaba el acetato en la radiola a las cinco de la mañana.

Es un acérrimo defensor de la educación y le ha tenido fe a las nuevas generaciones, seguro eso lo inclinó a ejercer la docencia por casi tres décadas. Es un excelente proveedor, nunca me faltó nada, tuve estreno y regalo para navidad y los cumpleaños.

En medio de sus limitaciones (especialmente emocionales por el alcoholismo) se encargó de formarme. Hubo días en los que no lo tuve, pero me quedo con los días que estuvo ahí y sigue ahí, detrás de una corta llamada telefónica, sigue siendo un hombre de pocas palabras.

Padres imperfectos

Durante mi adolescencia me atreví a cuestionarlo, incluso juzgarlo. Fue la temporada en que reclamaba perfección, después entendí que él no estaba habilitado para ser padre, así que me reconcilié con su humanidad, las veces que no llegó temprano o estuvo de mal humor por la resaca. Hoy que dejó el vicio, sigue sumergido en libros y periódicos, su pasión por el aprendizaje no se acaba nunca.

Su disciplina me formó, su espíritu me hizo creer que se puede, su amor incondicional me fortaleció y sus detalles me hicieron sentir amada. Así que llegué al matrimonio con una sola petición, un esposo presente y padre activo. Digamos que, gracias a mi papito, me gané la lotería y tengo la familia que soñé, no es perfecta, pero está llena de mis favoritos.

Las huellas de mi papá siguen vigentes en todo lo que hago y todo lo que soy. En esas discusiones sobre política, religión y fútbol. Estudié comunicación por su influencia, pese a su advertencia que la profesión de periodistas es muy peligrosa.

No sé si va a querer leer este texto, una forma de decirle que lo amo inmensamente, al final soy su reflejo en las cosas que más amo. Gracias papi por confiar y creer en mí, por patrocinar mis sueños y por perdonarme cuando me he equivocado y sobre todo por seguirme amando como lo hace, gracias por las cosas materiales y por las cosas intangibles que me ha heredado, para mí es el mejor papá del mundo.

Mujer, esposa y madre. Robadora de frases. En proceso de construcción. Amante de los viajes, buenos libros y museos.

Marly Leonzo – who has written posts on Ladrona de frases.


Marly Leonzo

Mujer, esposa y madre. Robadora de frases. En proceso de construcción. Amante de los viajes, buenos libros y museos.

Comments (10)

  • Julia Magariñosays:

    junio 3, 2019 at 7:20 pm

    Qué lindo relato Marly Leonzo, nunca recuerdo haber visto a su Papi más que como un gran ser humano. He envidiado a muchas personas por haber tenido a su papá toda la vida, pero como estoy segura Dios tiene un propósito para todos a mí no me dio uno terrenal, porque El llenó absolutamente todos los espacios en mi vida. Sin embargo cuando pienso en mi papá biológico, lo pienso con amor y confío en que cuando Dios lo llamó tuvo la oportunidad de pedir perdón por sus equivocaciones. También estoy segura que el no tener papá me hizo una mujer más fuerte dispuesta a luchar por ser una super mamá, y darles a mis hijas un hogar funcional. Gracias Nena lindo artículo.

    • Marly Leonzosays:

      junio 3, 2019 at 11:52 pm

      Querida Julita linda: estoy segura que su papá terrenal estaría muy orgulloso de la hija que formó su amada madre. Usted es una mujer que despertó en mí una admiración profunda y encima, me dio la oportunidad de compartir en su hogar… Gracias por ser parte de este espacio, comentar y sobre todo, de esas memorias tan especiales para mi papá.

  • Mai Paizsays:

    junio 3, 2019 at 9:07 pm

    Vaya legado señor Leonzo! Una hija valiente, genuina, quien ama su identidad y a su familia.
    Gracias por regalarnos a una de las amigas más excepcionales y profesionales más tenaces, por enseñarle a disfrutar de cada momento y a no dar nada por sentado.
    Nuestra admiración hasta esa tierra linda donde duerme el lago mágico.

  • titi castillosays:

    junio 4, 2019 at 7:14 am

    Marly, no cabe duda que nunca se deja de conocer a las amigas, este relato me encantó porque hoy despues de 25 años y un poco más, conocí otra parte tuya…aunque sin saber todo ello, te recuerdo desde aquellos años de colegio como la de “siempre al frente” con las palabras y pensamientos más adecuados… y ahora entiendo más del por qué!!
    Un abrazote y extendido a tu papá que con todo, te formó para ser una bella mujer.

  • Teresa Menjivarsays:

    junio 5, 2019 at 8:36 am

    Mi querida Marly!!! Que lindo tener un padre terrenal que siempre estuvo a tu lado!! Que aunque con altos y bajos, pudo enseñarte tantas cosas lindas que te han hecho una gran mujer profesional, valiente ,gran madre-esposa,amiga……..
    Dios bendiga al Sr Leonzo!!!!! A ti por ser como eres!!!!

  • Tita Alvizurissays:

    junio 6, 2019 at 7:26 pm

    Marly, como lloré con su post, mi papi tiene recién un año de fallecido, lo extraño y entiendo a la perfección todas esas cosas invaluables que los padres nos heredan y nos han hecho lo que hoy somos. Cómo lo extraño! Pero hasta donde está con el Señor le mando un beso a Don César Amilcar Alvizuris mi papito chulo!

    • Marly Leonzosays:

      junio 7, 2019 at 12:51 pm

      Gracias Tita linda por dejar aquí sus impresiones y sobre todo ese sentimiento tan sincero sobre su papi. La admiro muchísimo por esa fuerza y entereza que la ha sostenido este año. Sin duda el Señor ha sabido llenar esos espacio. Un abrazo muy fuerte.

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