Para muchas mujeres la maternidad es un proceso natural que no exige mucho esfuerzo, pero hay otras que deben luchar contra diversos factores para hacer realidad ese sueño».

Cuando tenía 28 me llegó la oportunidad de ser madre. Debo confesar que mi reacción fue ¡no estoy preparada! Asimilé la noticia y ¡disfruté la etapa con todo y los altibajos hormonales!

Creo que no hay una mujer que pueda contener las lágrimas de emoción, al escuchar el acelerado latido del corazón de ese pequeño “frijolito” que está creciendo en nuestro cuerpo. Es algo que nos cambia la vida, despierta un instinto natural inmenso y desde ese instante nuestra vida se divorcia de la individualidad.

En las siguientes citas médicas, me tranquilizó oír que su cuerpo se estaba formando de manera perfecta. En el quinto mes de gestación recibí la noticia que sería madre de una niña, esa revelación también me hizo llorar.

Tengo anécdotas de los 8.5 meses que duró mi embarazo como para escribir un libro, pero voy a enfocarme en la fecha en que mi pequeña salió de esa burbuja que la protegía y la alimentaba. Ahora me tocaría ejercer esas funciones, no de manera mecánica sino consciente y por puro amor. Así, un viernes en la noche, sin previo aviso llegó mi primogénita, interrumpió mis planes de ir a la conferencia del escritor mexicano Carlos Monsiváis, quien participaría en la feria del libro, como habíamos planificado con mi amiga Paty O.

Hoy tiene 16 años y no cambiaría ni un solo día, ni una sola fiebre, ni una sola foto, de esas que guardo en mi mente de sus primeros pasos, sus gracias, sus primeras palabras. Dos años y medio después llegó mi segunda pequeña, para complementar mi vida.

Vivo agradecida por esa “facilidad” con la que llegaron mis dos hijas, pero analizándolo la maternidad no es un hecho ordinario, ese milagro no llega a todos con tanta naturalidad. Hay parejas que se ven en la necesidad de acudir a múltiples métodos y en ese proceso su vida matrimonial llega a estar en riesgo. Se registra que “más de 8 millones de bebés han nacido en el mundo mediante técnicas de reproducción asistida desde 1978, según un estudio presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología, elaborado a partir de datos recogidos a través de registros regionales desde 1991 a 2014” (1).

Sin duda, la maternidad es un acto que excede los límites del amor, sobre todo cuando toca enfrentar los lacerantes diagnósticos sobre síndromes o enfermedades que sus hijos padecen; también están las mujeres que deben sobrellevar una pérdida involuntaria en los primeros meses de gestación o quienes dan a luz, pero en diferentes etapas deben despedirse de sus pequeños.

Como madre creo necesario abrir la puerta a mujeres de la vida real, cuyas experiencias con la maternidad nos llevarán a inspirarnos y sobre todo a depositar una semilla de esperanza en quienes están viviendo circunstancias adversas.

(1) http://www.diariosur.es/sociedad/salud/reproduccion-asistida-cifras-in-vitro-20180703130550-ntrc.html