Examina tu vida como una obra de arte y encuentra ahí a tus amigas. Agradéceles, ámalas, abre tu corazón a nuevos destellos.

El recorrido a través de la aventura de vivir está lleno de colores que vamos insertando en diferentes formas.  Nuestros padres y nuestra familia cercana serán la primera en pintar colores en nuestro lienzo en blanco, nos llenarán de amor, cuidado, respeto y formarán los primeros trazos de la obra maestra que es nuestra propia vida.

Nuestra escuela colaborara en varias formas al llenarnos de experiencias y aprendizajes únicos, nuestra formación espiritual agregará colores profundos a nuestra vida. Los trabajos que tendremos serán espacios en los cuales encontraremos momentos coloridos, las aventuras que pasamos también colaborarán, el amor que se cruce en nuestro camino siempre marcará nuestra vida de un color profundo e intenso, pues estará muy dentro de nuestro corazón. El tiempo, bueno y oscuros, llenará de líneas, figuras, sombras y luces con los que combinaremos nuestro cuadro interior.

Existen destellos de color que tienen un valor diferente, personas que nos rodean, con quienes no compartimos la misma sangre, pero que las hemos escogido para ser cercanas y permanecerán por temporadas largas o como una flor en el verano. Ellas nos ayudarán a completar nuestra obra maestra, pues le agregarán tonalidades únicas. Son personas con las que podremos compartir nuestro ser interno tal cual es, sin máscaras ni engaños y no dudarán en hablarnos con la verdad en medio de un mundo de engaños, no titubearán en defenderos en medio de los lobos, y correrán junto a nosotros a esconderse luego de tocar el timbre de una casa. Sucede que es tan fuerte la cercanía que a algunas les entregarás el pincel de tu cuadro y al pasar los años, aunque ya no estén cercanas identificarás lo que plasmaron y sumaron a tu vida. 

Hace un tiempo me embarqué en un proyecto de trabajo, consistía en traducir un material y adaptar un curso al español, nos tocaba trabajar todo en línea ya que los otros participantes estaban en otros países. Las reuniones eran interesantes, pues se escuchaba el español en varias versiones, lo que llenaba de encanto cada hora de trabajo. Luego de dos años de trabajar así nos tocó la primera reunión en Uruguay. ¡Fue emocionante encontrarme con algunos en el avión y estar en un mismo lugar físico trabajando hasta quedar agotados! Era extraño que las comunicaciones fueran impersonales y en el momento que nos encontramos físicamente hubo un vínculo que trascendía más allá del trabajo. Luego de esa reunión hemos tenido otras presenciales en diferentes países.

El año pasado para mí fue excepcional, visité casi a todas en sus países, en cada una de las visitas me impactó lo que viví. Mis amigos compartieron sus vidas conmigo, abrieron las puertas de sus casas, me abrieron sus corazones contándome sus miedos y sus frustraciones, pero en un momento entre todos me levantaron y me abrazaron, cuando ya decidí sentir el duelo que había postergado por algunos años. Estos amigos pintaron mi vida con sus colores. De cada uno de ellos aprendo y me reinvento y lo más bello es que me cuentan cómo yo he pintado sus vidas con mis propios colores.

En este mes que celebramos la amistad, el amor y todos los sentimientos que están alrededor de cada relación también debo aplaudir a esas amistades que pintan destellos de color, cercanas o ya lejanas, que impactaron mi vida dejando un recuerdo de gran valor.

Examina tu vida como una obra de arte y encuentra ahí a tus amigas. Agradéceles, ámalas, abre tu corazón a nuevos destellos. Piensa en lo que has aportado a la vida de tus amistades: amor, sinceridad, honestidad y lealtad. Si has llenado esas obras con otros sentimientos, reflexiona y trata de cambiar tus trazos por otros más duraderos. Proponte dejar pinceladas que se recuerden con alegría. ¡El cuadro de la vida espera tu creatividad!