¿Eres de las que -como yo- se acuestan y se levantan con el teléfono en la mano? ¿Alguna vez consideraste que las redes sociales pueden tener un impacto negativo en tu sistema emocional?

Las redes sociales están hechas para ser adictivas, sus notificaciones, música, stickers y todo lo que tienen está milimétricamente medido para que no podamos dejar de emocionarnos con los reels, historias y pasar largos periodos en Tik Tok.

Pero no está demás ser conscientes que esas herramientas nos pueden juegar la vuelta sino se usan balanceadamente, entre ellos:

Estrés digital

Publicar y responder se puede convertir en una tarea más de las muchas que ya tenemos. Cuesta mantenernos lejos del teléfono cuando entra una notifiación de una publicación en el grupo que seguimos o una amiga nos envía una docena de reels y espera una respuesta.

Por otro lado, la constante comparación, la presión para mantener una imagen perfecta y la exposición a noticias negativas contribuyen llenarnos de estrés lentamente.

¡Bájale dos rayitas!

Las mujeres somos vulnerables a proyectar necesidad de aprobación en las redes sociales, esperar respuestas a comentarios y/o a publicaciones puede ser algo que empiece a permear en tus emociones.

Y si eres de las que con frecuencia revisa lo que hace el ex, la fulanita o la sutanita ¡estás sufriendo innecesariamente! Pasa la página antes de que las cosas se pueda descontrolar.

Balance

– Revisa tu consumo de las redes sociales (algunos teléfonos proveen esa información). Piensa objetivamente si ese tiempo es considerable o excesivo e imagina qué podrías hacer con el ¿leer un libro, compartir con tus amigas o tu familia, hacer una llamada que le alegre la vida a alguien?

– Carga tu celular lejos de tu cama: esto te ayudará a no caer en la tentación de verlo en horas de la noche.

– Limpia tus redes sociales. Mantén tus redes lejos de personas que publiquen contenido negativo con frecuencia.

– Evita engancharte con conversaciones o temas particulares. Recuerda, detrás de una pantalla la gente dice lo que no diría en persona.

– Usa tu tiempo para visitar sitios o cuentas que te dejen algo positivo.

Si tus hijos ya son parte de la comunidad digital, adviérteles de los riesgos mayores:  

También puedes leer: Amenazas a tu identidad digital

Ciberacoso

En Guatemala ya existe un Ley que busca proteger de este delito. Unicef la define como acoso o intimidación por medio de las tecnologías digitales. Puede ocurrir en las redes sociales, plataformas de mensajería, de juegos y teléfonos móviles. Es un comportamiento que se repite y que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas. Por ejemplo:

– Difundir mentiras o publicar fotografías vergonzosas de alguien en las redes sociales.

– Enviar mensajes hirientes o amenazas a través de las plataformas de mensajería.

– Hacerse pasar por otra persona y enviar mensajes agresivos en nombre de dicha persona.

– El ciberacoso deja una huella digital; es decir, un registro que puede servir de prueba para ayudar a detener el abuso.

– El robo de identidad, falsificación de cuentas o datos, robo de recursos económicos a través de transacciones en línea y pornografía infantil, son parte de estos delitos

En Guatemala la Policía Nacional Civil, por medio de la sección contra Delitos Informáticos recibe las denuncias de este tipo, así como aquellas relacionadas a la violación a la intimidad, delitos contra el honor, calumnia, amenazas, extorsiones, secuestros, trata de personas y pornografía infantil. Esta unidad es la obligada en trasladar la información al Ministerio Público y que en algún momento se llegue a los responsables.

Fuentr:  https://ogdi.org/